La Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Alicante, con sede en Elche, ha condenado a 10 años de prisión a un veterinario que mató a su mujer en la clínica de la que era propietario en Benijofar. La sala le considera autor de un delito de homicidio, con la agravante de parentesco y la atenuante de dilaciones, después de que un jurado popular emitiera un veredicto de culpabilidad.

Durante el juicio, el condenado confesó que le proporcionó anestésicos a su mujer, que la agredió hasta matarla, y que luego se deshizo del cadáver, que nunca apareció. Tras la lectura del veredicto, el Ministerio Fiscal solicitó una pena de 10 años por un delito de homicidio, petición a la que se adhirieron la acusación y la defensa.

Los hechos sucedieron en marzo de 2013 en Benijofar, cuando el hombre y su esposa, de 46 años y trabajadora de la clínica, se quedaron a dormir en el centro veterinario. Durante la noche el condenado la drogó y la agredió con objetos desconocidos en el quirófano del centro, hasta que la mujer murió. Posteriormente, cargó el cadáver en el maletero de su coche y lo ocultó en un lugar desconocido.

En la vista oral el acusado confesó ante la Audiencia Provincial y ante el tribunal del jurado popular que agredió a su esposa de manera voluntaria y conscientemente con anestésicos hasta causarle la muerte. El veterinario aseguró ante el tribunal que su mujer quería suicidarse y que recibió presiones para acabar con su vida. También confesó que incineró el cadáver.

El Ministerio Fiscal calificó los hechos de un homicidio doloso con el agravante de parentesco y el atenunante de dilaciones indebidas, ya que los hechos ocurrieron hace cuatro años.