? Los hosteleros de la Plaça de l'Algeps denuncian que, además de la incertidumbre de no saber qué va a pasar con las terrazas, que son el sustento principal de sus negocios, se suma la «continua presión policial por el horario de cierre, el control del número de mesas que se sacan» y el rechazo de los vecinos por este mismo motivo. En este sentido, desde el bar Birras, su propietario, Loren López, aseguró que «no nos dejan trabajar, es cierto que cerramos tarde, pero si la clientela no viene a las cinco a tomar café y viene a las 12, no los podemos echar, tenemos que comer». Otra de las propietarias de un local cercano apunta a que «nos meten mucha presión, en seguida multan si sacamos una mesa de más, por lo que no entendemos que se juegue cada dos por tres con una normativa diferente, ya que cumplimos siempre con lo que hay». López añade que, tras la reciente remodelación de la plaza, se amplió el tamaño de la «acera» que bordea los locales, por lo que «nos piden que reduzcamos las medidas de toldos y cerramientos, cuando llevan años instaladas con su correspondiente autorización».