Aunque sufrir un infarto a partir de los 60 años se encuentra dentro de la edad más habitual, los especialistas han empezado a detectar ya ataques al corazón de este tipo entre la gente joven. El estrés y la mala alimentación son dos de las causas que inciden directamente en este tipo de patologías cardíacas, junto al tabaco y a otros factores de riesgo.

«Estamos viendo ya pacientes con edades de entre 20 y 30 años que sufren infartos. Son casos más aislados y minoritarios, pero empiezan a aparecer», señaló ayer Mari Faz Pujalte, enfermera de la consulta de Rehabilitación Cardíaca del Hospital General, donde se trabaja con pacientes que han padecido algún episodio cardíaco para que puedan incorporarse a su vida normal. Precisamente, el centro hospitalario, junto a los centros de salud adscritos a este departamento, organizaron ayer una jornada de prevención de enfermedades cardiovasculares, en las que más de 650 personas participaron realizándose pruebas.

Los sanitarios atribuyeron al estrés, el ritmo acelerado y el hecho de asumir cada vez más cargas en la vida diaria a la aparición de patologías relacionadas con el corazón. «Hay más sedentarismo, los trabajos son más pasivos, el comer fuera de casa, el no controlar la alimentación influyen también directamente en el desarrollo de estas patologías en edad joven y adulta», apuntó Pujalte. De ahí que los facultativos incidieran en controlar los hábitos de vida para poner freno a las cardiopatías isquémicas, los infartos y las anginas de pecho.

No en vano, hay otro tipo de afecciones vasculares como la insuficiencia arterial y calcificaciones, producidas sobre todo por el tabaco, que también están apareciendo a edades más tempranas. «Nos encontramos con estas patologías a partir de los 60 o los 65, pero ya vemos a gente que está en torno a los 40 y los 50 años e incluso a más mujeres con este tipo de patologías porque fuman más», señaló Raquel Aylon, enfermera de cirugía vascular. El tabaco, el colesterol y la diabetes son, según los expertos, los principales factores que aumentan el riesgo de sufrir estas enfermedades.

Con todos estos peligros, los sanitarios realizaron ayer pruebas a los usuarios, como la toma de tensión, medición de glucemia capilar, peso, talla, índice de masa corporal, perímetro abdominal, etc., y orientaron a los participantes en caso de detección de factores de riesgo. Además, tal y como explicó Mari Ángeles Casillas, supervisora de consultas de la Unidad Integral de Atención Especializada, ayer también se instaló una pirámide nutricional con alimentos reales donde estudiantes de Enfermería y Nutrición explicaron a los asistentes las bases para una alimentación sana. De los más de 350 ciudadanos atendidos, los especialistas detectaron a 60 con factores de riesgo de padecer alguna patología cardiovascular, por lo que fueron remitidos a sus centros de salud. La apuesta por las frutas y verduras, la reducción de grasas animales y la sal, el ejercicio moderado, el control de la tensión y la eliminación del tabaco fueron los principales consejos lanzados ayer.