Récord y anécdota para la memoria de la Transilicitana. Son las aproximadamente las 19 horas y la gente se agolpa en las inmediaciones del Palacio de Altamira para ver llegar al primero de los clasificados de la carrera. El ambiente está caldeado, porque a medida que se acerca, se hace más posible que el corredor bata el récord histórico de llegada a meta en la carrera. Y sí, lo consigue por tan solo dos minutos.

Miguel Mataix, llegado a Elche desde Beneixama, recorrió las pedanías del Camp d'Elx entre temperaturas que superaron los 23 grados y apenas parando en los avituallamientos. Lo consiguió en 9 horas y 23 minutos. Acabar la carrera dos minutos antes que el anterior marquista. Mataix llegó muy fresco, según comentaba desde la organización de la carrera, el Policía Local Senén Ródenas, y pensando en volver pronto a su pueblo, donde le esperaban apenas una hora y media después, por lo que partió, de nuevo «a la carrera.

La octava edición de esta exigente prueba de resistencia, que da la vuelta al término municipal de Elche exige completar 104 kilómetros en menos de 24 horas, ha sido también una de las más calurosas aunque, afortunadamente, esta condición no pasó factura ni provocó grandes incidencias. Asimismo, tampoco hubo que lamentar ninguna atención sanitaria reseñable al término de la edición de este diario. Esta carrera de alta exigencia atrae cada año a más deportistas aficionados. Tras el primer clasificado, el goteo de personas que finalizaron la carrera fue inundando el centro de Elche, con personas satisfechas de haber acabado un circuito tan duro.

Diversidad

El récord también estuvo en esta edición en la diversidad de origen de los inscritos. El 52% de quienes corrieron eran ilicitanos y el 48% restante, de otros lugares tan diversos como Madrid, Castellón, Valladolid y de países como Irlanda, México, Austria, Alemania y Reino Unido, entre otras nacionalidades. La prueba cada vez se profesionaliza más de forma natural, ya que hay mucha más gente asidua a salir a correr de manera habitual y que, además, participa en carreras populares, por lo que la preparación, formación y exigencia cada año es mayor. Muchos ya hacen casi todo el recorrido corriendo, incluso algunos participantes no paran ni en los avituallamientos. Entre los asistentes también hubo nueve personas de más de 65 años, demostrando que cualquier tipo de persona, en forma, es capaz de conseguir salvar esta dura ruta. Este año, por primera vez, doce voluntarios de la Asociación de Veteranos de los Boinas Verdes se sumaron a los 180 voluntarios para acompañar a los participantes con más dificultades para acabar, atendiéndoles y también dándoles ánimos para concluir.