Una notificación del Área de Aperturas, Mercados y Vías Públicas a seis pequeños empresarios que tienen terrazas en la Glorieta y Hospital, en pleno centro de Elche, ha despertado el malestar de éstos al asegurar que se han encontrado «por sorpresa» con un requerimiento para que supriman aquellas estufas, toldos y paravientos que no cumplen con la actual Ordenanza de Actividades Económicas. El Ayuntamiento también ha solicitado otro tipo de medidas correctoras a otros establecimientos de la calle Alvado y plaza de Las Flores, aunque no se ha especificado a cuántos.

Así las cosas, hosteleros de la Glorieta consideran que, por un lado, algunas de estas medidas pueden desembocar en el cierre de algunos de estos negocios, ya que dependen exclusivamente de la actividad de sus terrazas; y, por otro, denuncian que no se les ha convocado a ninguna reunión para informarles previamente o dialogar, además de remarcar que en determinados casos han realizado inversiones en el exterior de sus negocios que ahora se ven en la obligación de suprimir.

Por su parte, empresarios de la calle Alvado y plaza de las Flores han sido urgidos para que subsanen determinadas cuestiones en sus terrazas, como cerramientos o anclajes, ante los problemas que podrían darse para que circulen bomberos y otros equipos de emergencia en caso de necesidad de actuar en la zona.

«Quieren que quitemos los toldos y pongamos sombrillas. Me he gastado un dineral en los toldos hace tres meses porque de lo contrario no se me sentaban, por el frío. Son once puestos de trabajo. Si me quitan la terraza me obligan a cerrar», manifestaba ayer Raúl Martín, que regenta uno de estos negocios afectados en la Glorieta y que solo pedía que le dejaran trabajar, al tiempo que asegura que todos los días recoge estos elementos de la vía pública.

Por su parte, Alicia Serra, al frente de un establecimiento de turrones y helados, se pregunta que qué pasa con la inversión que ya han realizado, y qué va a ocurrir en invierno cuando no puedan poner los paravientos y la gente no se siente. «No nos han convocado a ninguna reunión para hablarlo», añade esta hostelera.

Desde un tercer establecimiento de comidas, Pablo Da Rosa expone que no sabía que tenía que pedir permiso para poner dos estufas en el exterior, al tiempo que lamenta que para poner mesas y sillas en la calle la tramitación del papeleo se haga eterna con el Ayuntamiento.

Patricia Gómez, desde otro local de restauración de la Glorieta, asegura que en su caso su terraza cuenta con toldos, paravientos y estufas y que lo que tiene que retirar son estos dos últimos elementos de la vía pública.

El concejal de Aperturas, Carlos Sánchez, aseguraba ayer, tras consultar con los técnicos municipales, que para nada se ha vulnerado la ley de Protección de Datos ni la de Transparencia. A renglón seguido asegura que llevan varios meses advirtiéndoles de lo que tenían que retirar o modificar, que han sido muy flexibles, que lo sabían desde hace tiempo y que, en cualquier caso, están abiertos siempre al diálogo, según siempre Sánchez.

Igual para todos

Pero sobre todo Carlos Sánchez subraya que lo que se está haciendo es aplicar la ordenanza que aprobó el PP en 2013. A la pregunta de por qué entonces no se ha venido aplicando en este año y medio, el edil apela a esa flexibilidad para que, poco a poco, fueran introduciendo los cambios necesarios. No obstante, se ha llegado a un punto en que no se puede permitir que los que no cumplen con la normativa estén igual que los que sí la acatan, expone.

En este punto, Sánchez añade también que algunos de estos locales adeudan importantes cantidades atrasadas por la petición de ampliar sillas y mesas que todavía no han abonado.

El caso es que el pasado 3 de marzo buena parte de los ocho establecimientos de la Glorieta recibían la notificación municipal por la cual se les urgía a la mayoría de ellos a que en el plazo de 48 horas retiraran o modificaran determinados elementos de sus terrazas.

Según algunos de los afectados, tras la notificación del viernes, la Policía Local acudió el domingo siguiente por la tarde para inspeccionar la situación, aunque reconocen que de momento nadie ha venido a retirarles algunos de los elementos. De hecho, con el calor de estos días las estufas se han guardado y los toldos laterales se han recogido, pero la inquietud y la indignación de estos pequeños empresarios continúa.

Por su parte, el edil de Aperturas apunta, además, que las quejas de vecinos por el problema de las terrazas son numerosísimos, sobre todo en cuanto a zonas de paso al salir de portales o para transitar por la vía pública.

«Los técnicos de la Concejalía han hablado con los hosteleros, se deben cumplir las normas y debe haber un ocio responsable», añade Carlos Sánchez.

Mientras, algunos de los afectados insisten en que no ahora, pero en invierno tal vez tengan que cerrar sus establecimientos si se mantiene la situación.