¿Sientes que te respetan en tu trabajo de Policía Nacional como mujer? ¿Piensas que los hombres de tu empresa de instalaciones industriales creyeron que no podrías hacer bien tu trabajo por ser mujer?¿Te ha costado más conseguir un puesto como técnico de ascensores por ser mujer?¿Querías trabajar como conductora de camiones también cuando eras pequeña?... Son algunas de las preguntas que ayer lanzaron escolares del taller de prensa del colegio Luis Vives a un grupo de profesionales que trabajan en oficios tradicionalmente desempeñados por los hombres. Ellas, las protagonistas en la conmemoración del Día Internacional de la Mujer en el centro educativo, ofrecieron auténticas lecciones a los niños como la de luchar por alcanzar cualquier reto por muchas dificultades que existan. La jornada sirvió para que los alumnos tomaran contacto con uno de los principales argumentos de la cita reivindicativa: acabar con la brecha de género que todavía empaña algunos ámbitos y sectores de la sociedad.

María Virtudes Fuentes fue una de esas mujeres que ayer se convirtió en todo un ejemplo para los pequeños. «Me saqué el carné de conducir a los 18 y el de camionera a los 21 años. Tuve que soportar comentarios tales como que las mujeres no saben conducir o que la culpa de los accidentes la tienen las mujeres», señalaba ante los alumnos del Luis Vives.

Pese a esas creencias machistas todavía existentes en la sociedad, María Virtudes consiguió desde joven dedicarse a lo que quería ser desde que era pequeña. «No significa que por ser mujer no podamos acceder a lo que nos propongamos... Ni que seamos peores conductoras», señaló a los alumnos, a quienes también aconsejó que nunca se vieran limitados por nada ni por nadie.

Como ella, Natalia Guevara, una joven técnico en ascensores, también relató su experiencia personal en un oficio asociado tradicionalmente al género masculino y cómo le cerraron puertas en diferentes empresas por el simple hecho de ser mujer.

Natalia Maestre, empresaria en el sector de instalaciones industriales, se encontró con dificultades fuera de su negocio por su condición de mujer y ser joven a la vez, pero, pese ello, decidió seguir con su vida, no dejar nunca de formarse y ahora está al frente de su propia firma.

La deportista y jugadora del equipo ilicitano Rugby Nuria Espinosa reivindicó la necesidad de luchar contra los límites que cada uno se pone a si mismo. «Quise derribar la barrera de que hay deportes solo para hombres. Pesaba que el rugby era solo para chicos y, al principio, no quise practicarlo de ninguna manera», apuntó ayer. Con los años, quiso desmontar los estereotipos y le dio una oportunidad. Descubrió lo bien que se le daba y ahora se ha convertido en la capitana de este equipo. «Mi consejo es que no os cerréis puertas porque algo sea solo de chicos o de chicas. Probad y que nadie os diga lo que tenéis que hacer», señaló Nuria Espinosa.

Así, entre testimonios, consejos y palabras reivindicativas, una a una ofrecieron retazos de sus experiencias personales en ámbitos que han estado o que todavía están «dominados» por los hombres. La oficial de la Policía Nacional, Blanca Pastor; la pintora Antonia Soler; María José Valls, directora del Centro de Congresos; y la concejal de Igualdad, Tere Macià, también participaron en una cita pensada para romper los muros de la desigualdad de género desde la infancia.