Un atracador a punta de pistola sembró ayer el pánico en una sucursal bancaria de la pedanía ilicitana de Las Bayas. El asalto a la entidad se saldó con un botín de 600 euros y con la fuga en motocicleta de dos hombres que participaron en el asalto, tanto el que accedió al banco, como el que se quedó en la puerta esperando para huir rápidamente.

Con la cara oculta bajo un casco, un hombre accedió a media mañana, en torno a las 11.30 horas, a la oficina, situada en una de las principales vías de la partida rural, ante la presencia de clientes y del personal que en ese momento se encontraba realizando su trabajo rutinario. Al parecer, según relataron testigos cercanos al caso, el atracador iba armado y amenazó a uno de los empleados para que le diera el dinero que en ese instante había en efectivo y guardado en la caja. Algo a lo que finalmente accedió el trabajador, tal y como revelaron las mismas fuentes. De hecho, el asalto se produjo de forma muy rápida y duró apenas unos minutos, sin que hubiera que lamentar daños personales. Eso sí, los que estaban dentro de la sucursal se llevaron un buen susto. Según fuentes cercanas, por fortuna, en aquel momento tan solo había tres mujeres, dos de mediana edad y otra más mayor. Una de ellas llegó incluso a pedir dos tilas al bar de enfrente para tratar de calmar los nervios de los trabajadores de la entidad.

Tras el asalto, el hombre consiguió huir rápidamente del interior de la oficina y se subió a la moto con el otro ocupante que aguardó durante toda la operación a las puertas del establecimiento. Tras la fuga, las diferentes Fuerzas y Cuerpos de Seguridad iniciaron un dispositivo de búsqueda a lo largo de todo el término municipal para tratar de localizar a los ladrones. Asimismo, dieron el aviso a las autoridades de los municipios colindantes.

La Policía Judicial de la Guardia Civil fue la encargada de tomar las riendas de la investigación por la demarcación de la zona. Los agentes se desplazaron hasta la sucursal de la calle La Paz para visionar las cámaras de seguridad con el objetivo de tratar de identificar a los dos asaltantes. El robo generó una gran expectación en la pedanía ilicitana durante toda la jornada hasta convertirse en el centro de las conversaciones, pese a que en el momento del atraco los ladrones consiguieron pasar inadvertidos en esa conocida calle.