Elche se entregó ayer al colorido y la alegría del Carnaval como antesala a la llegada de la Cuaresma. Miles de ilicitanos abrazaron desde mediodía hasta la madrugada la fiesta y desinhibición intrínseca a la fiesta pagana más popular del planeta, proyectando una colorida pasarela de disfraces y máscaras por las calles del centro de la ciudad. Diversión y desenfreno que no entiende de edades y que contagió por igual a niños, jóvenes y adultos, entregados en cuerpo y alma a la magia trasgresora del Carnaval.

Los disfraces, la música y la felicidad que nace del anonimato se apoderaron del corazón del municipio ya desde media mañana. Una pequeña pasarela para exhibir la fantasía de las caricaturizaciones instalada en el carrer Ample por iniciativa de los comerciantes se convirtió en el primer punto de encuentro del Carnaval ilicitano. Desde las 12 horas, numerosas familias empezaron a exhibir sus ganas de fiesta entre animadas coreografías y atuendos variopintos. Los más pequeños fueron los grandes protagonistas de esta primera toma de contacto con un Carnaval al que se sumaron un grupo de brasileñas bailando samba para que el centro terminara de entrar en ebullición con vistas a las actividades programadas para la tarde.

La fiesta infantil arrancó a las 17.00 horas en la plaça de Baix, donde se instalaron castillos hinchables y se habilitaron distintos talleres para los más pequeños, además de un punto para pintarse la cara a juego con el disfraz. Una hora después arrancó el acto más esperado por los pequeños superhéroes, piratas, vaqueros o tigres concentrados alrededor del escenario instalado en el centro neurálgico de las celebraciones del Carnaval ilicitano. Un espectáculo de la «Patrulla Canina», con canciones infantiles y bailes para todos los públicos, terminó por despertar esa inocencia impagable y exclusiva de los niños.

La Glorieta se convirtió en el otro gran punto de encuentro de los miles de ilicitanos que se sumaron al desenfreno de sentir que, por un día, se pueden trasgredir las normas y olvidarse de ciertos principios bajo el poder que otorga el sentirse invisible tras una simple máscara o disfraz. Atestada de gente, la emblemática plaza reunió desde futbolistas a pokémons, pasando por ninjas, personajes de series televisivas, princesas y seres fantásticos.

Al igual que sucedió la tarde del viernes, la calle Obispo Tormo también se convirtió en lugar de referencia del color carnavalesco que ayer impregnó buena parte del centro de la ciudad durante toda la jornada gracias a las actividades organizadas por las concejalías de Fiestas y Comercio junto a varias asociaciones de comerciantes de la zona.

Un pasacalles multicolor

Ya a las 20.00 horas, con la noche adueñándose del Carnaval a modo de relevo generacional, se celebró una multitudinaria concentración de disfrazados en la plaça de Baix, desde donde partió el ya tradicional pasacalles animado por una batucada. Los carros de bebés empezaron a dejar hueco poco a poco a numerosos grupos de jóvenes que comenzaban a disfrutar a esa hora de su Carnaval particular. Mientras, el photocall instalado por INFORMACIÓN para inmortalizar a pie calle el Carnaval ilicitano se convertía en una zona de parada obligatoria para amigos y familias enteras que no quisieron dejar pasar la oportunidad de salir disfrazados en las páginas y la web de este periódico.

La multitudinaria serpiente multicolor que bosquejaba el pasacalles carnavalero recorrió la calle Corredora, Empedrat, Hospital, Troneta y Desamparats antes de regresar a la plaça de Baix, punto de partida de la actividad central programada con motivo del Carnaval.Premios individuales y colectivos

Una vez concluido el divertido y festivo pasacalles, y con media hora de antelación sobre el horario previsto -hubo quejas de gente que llegó antes de las 22.30 horas y no pudo participar ni ver los premiados-, tocaba el momento de elegir a los tres disfraces más originales dentro de las dos modalidades que entraban a concurso: individual y en grupo. En el primero, resultaron ganadores un colectivo de abejas, otro disfrazado de Mhas Mellow y, por último, las llamadas «venecianas de la corte francesa». En el individual, un veneciano, caperucita roja y el lobo y un cámara de televisión fueron los galordonados con la distinción de mejores disfraces del Carnaval ilicitano de 2017.

La fiesta empezaba a tocar a su fin, aunque aún quedaba tiempo para exprimirla al ritmo de la música de un Dj que animó la noche en la plaça de Baix hasta la una de la madrugada. Era el momento de terminar de dar rienda suelta a las risas y a la imaginación, a las alegorías y las ilusiones, de hacer cosas que un día normal no suelen pasarse ni por la imaginación.