Este fin de semana será el último en el que los ilicitanos podrán comprar churros, porras y chocolate por la calle hasta que llegue la Semana Santa. La licencia de ocupación de vía pública para estos establecimientos ambulantes caduca el próximo martes 28 de febrero y el Ayuntamiento de Elche nos les renovará el permiso hasta la segunda semana de abril, coincidiendo con la conmemoración de esta popular fiesta religiosa de carácter cristiano.

La Concejalía de Aperturas y Vía Pública renovó recientemente por un mes el permiso a las churrerías instaladas en distintas vías públicas de la ciudad, cuya licencia inicial vencía a finales de enero. Ahora, sin embargo, no volverá a prorrogarles la concesión para cumplir la normativa autonómica que impide a los puestos de venta ambulante permanecer durante más de «cuatro meses consecutivos en cómputo anual instalados en el mismo lugar, área o superficie acotada». En total, han estado instalados en la misma zona desde principios de diciembre hasta finales de febrero.

La decisión del Consistorio impedirá a los churreros ambulantes continuar con su actividad durante cerca de un mes y medio, período en el que deberán seguir haciendo frente a sus respectivas cuotas de autónomos pese al cierre temporal de sus negocios. En total, y según fuentes municipales, son cinco los puestos de churros repartidos por el municipio que se van a ver afectados por este cese temporal de su actividad. Actualmente, estas churrerías ambulantes están ubicadas en el puente de Altamira, en la plaza del Centro de Congresos, en la zona de l'Algeps, en el paseo de Germanías y enfrente del centro de salud del barrio de Altabix.

El Ayuntamiento está ultimando la nueva ordenanza de Actividades Económicas que regulará, en un futuro inmediato, un modelo de negocio para el que no existía una normativa propia. El texto inicial de la ordenanza ya ha sido publicado en la página web del Consistorio y en las próximas semanas será llevado a junta de gobierno para su aprobación inicial. Llegados a este punto, la nueva ordenanza será sometida a exposición pública y, finalmente, se trasladará al pleno del Ayuntamiento para su aprobación definitiva. Desde Aperturas se confía en que no se dilate el proceso y que, como muy tarde en abril, la nueva normativa que regulará la venta ambulante en el municipio sea una realidad.

Hasta ahora, el Ayuntamiento no tenía unas directrices propias para regular ni el tiempo de estancia de las puestos ni a las ubicaciones en las que se podían instalar. Una vez se apruebe la nueva ordenanza, todo estará reglado y los churreros podrán acogerse a unas fechas de apertura y unos lugares para establecerse que vendrán asignados por el Consistorio. La apuesta del Ayuntamiento por reglar este tipo de actividad parte de las quejas de los comerciantes que, dedicados a la misma actividad aunque de forma permanente, denuncian la «competencia desleal» que ejercen los vendedores ambulantes de churros y hamburguesas que se establecen de forma periódica en las vías públicas del municipio, toda vez que no se rigen por la misma normativa ni exigencias fiscales.

Al menos tres de los churreros ambulantes que operan actualmente en la ciudad ya han solicitado volver a instalar su negocio a partir de Semana Santa, pidiendo incluso al Ayuntamiento poder trasladarse los fines de semana a Torrellano, donde no hay negocios de este tipo. Si la nueva ordenanza no estuviera en vigor para entonces, el Ayuntamiento les dará una licencia provisional por un máximo de tres meses. El objetivo, como el de la nueva normativa, es que los negocios ambulantes no se conviertan en estáticos.