El maquinista de uno de los trenes de Cercanías que cubre el trayecto entre Alicante y Murcia falleció ayer, pasadas las nueve de la noche, justo cuando estaba llegando a la estación de Crevillent. El hombre, de 54 años y que vivía en Alicante, murió como consecuencia de un infarto, según informaron los compañeros de la víctima. De hecho, la consternación era total entre el colectivo y, en este sentido, destacaron que era un gran amigo y una persona muy querida entre la plantilla.

Al parecer, el hombre se sintió indispuesto y frenó el tren entre Elche y Crevillent, sobre las nueve y diez de la noche. De hecho, tanto desde Renfe como los propios compañeros destacaron que todos los sistemas de seguridad se habían activado, y, en particular, el denominado sistema de «hombre muerto», que que permite frenar automáticamente el tren si pasan algo más de 30 segundos sin que el maquinista lo pulse.

Como consecuencia del fallecimiento, tres trenes más de Cercanías, junto al que conducía la víctima, y un Talgo que venía de Barcelona en dirección a Murcia sufrieron retrasos. En total, desde Renfe estiman que se pudieron ver afectados unos 200 pasajeros en mayor o menor medida. Para minimizar las molestias a los viajeros, y de forma excepcional, desde Renfe indicaron que se había permitido que el Talgo se detuviera en estaciones en las que no tiene parada habitualmente, con el fin de que aquellos que quisieran pudieran bajar en un destino diferente, y también para que los que estaban esperando al Cercanías pudieran llegar a su destino en el Talgo. Una hora después se reanudó la circulación en la línea.