Tras cuatro años en blanco, Las Migas decidieron volver al estudio y confeccionar un producto mucho más actualizado dentro de la dimensión flamenca. Para ello, querían a uno de los mejores: Josemi Carmona. Con el salero que las caracteriza, se plantaron en uno de sus conciertos y esperaron al final. Cual fue su sorpresa al descubrir que no solo ellas eran admiradoras del guitarrista de Ketama, sino que el sentimiento era recíproco. No tardaron en ponerse manos a la obra y darle vida a «Vente Conmigo».
¿Y cuál ha sido el resultado?
Pues un conjunto de canciones en el que partimos del flamenco, pero introducimos ciertos toques electrónicos, latinos... Unos destellos que desembocan en un directo mucho más potente. La voz de Alba Carmona, por ejemplo, tiene un color muy flamenco, aunque Josemi ha trabajado mucho con ella para decir las cosas de otra manera. Realmente no vamos calculando qué hacer. Nos dejamos llevar, descubrimos...
Barcelona, sin duda, siempre ha sido una ciudad de mucha fusión flamenca...
Es un lugar en el que conviven los extremos. Desde el flamenco más tradicional con tablaos increíbles a otro más mestizo y rumbero, del que también hay una auténtica escena. A diferencia de Madrid, es una ciudad donde existe más experimentación. No obstante, nosotras no estamos mucho. La mayor parte del tiempo nos lo pasamos viajando por el mundo.
¿Dónde las valoran más, en España o en el extranjero?
En España hay un público fiel y joven, aunque a nivel de marketing y a nivel comercial no se valora demasiado. Solo hay tres o cuatro programas de Radio 3 que prestan atención a grupos como el nuestro. Además de en el flamenco, nos catalogan dentro de la worldmusic. Los que apostamos por estilos de raíz como el flamenco lo tenemos complicado y no nos queda otra que salir fuera. De eso vivimos y damos gracias, ya que nosotras tenemos la suerte de poder dedicarnos íntegramente a la música. Acabamos de terminar una gira por Estados Unidos, donde volvemos en otoño.
Y, por su condición de grupo solo de mujeres, ¿sienten algún tipo de discriminación?
Nosotras no sentimos esa discriminación. De hecho, quizá se nos respeta más por ese matiz. En otros planos del arte sí se siente mucho esa desigualdad. Solo hay que ver la gala de los Goya, para darse cuenta de que la mayoría de los premiados siguen siendo hombres. En el arte, desgraciadamente, las mujeres somos las que tenemos niños y las que, al final, nos toca encargarnos de ellos. Eso te impide muchas veces ser la número uno.
Y, volviendo al disco, ¿de qué hablan las canciones?
Son historias cotidianas, unas divertidas y otras más tristes. Tocan el amor, que es al final lo que mueve el mundo, aunque desde diferentes puntos de vista. Tanto el de una relación como el que le tiene Alba a su abuela. Son muy intensas y cercanas.
