«Las mujeres lo tenemos más complicado para encontrar un buen puesto de trabajo», decía la vecina de Elche Laura Maciá mientras esperaba su turno para solicitar una prestación por desempleo en la oficina del Servef del centro de la ciudad. Laura, que tiene 47 años, dice que «no recuerdo cuando fue la última vez que tuve un contrato de trabajo en buenas condiciones, siempre me tengo que estar buscando la vida».

Esta mujer confiesa que «hago lo que me va saliendo. Cuidar a personas mayores y limpiar casas. Ahora quiero ver si me corresponde el RAI (Renta Activa de Inserción)».

Junto a Laura estaba Rosa Boix, de 51 años de edad. Esta mujer explicaba que «ahora mismo estoy en el paro. Mi último contrato en el sector del calzado acabó hace dos semanas». Rosa Boix relata que «mi vida laboral siempre ha sido así, enlazando contratos de temporadas, pero cada vez las temporadas son más cortas, y tengo que estar apuntándome en el paro cada dos por tres». Además, Rosa Boix dijo que «también he tenido varios contratos de jornada parciales pero al final he acabado trabajando la jornada completa».

«La situación es muy inestable», decía María (nombre ficticio de una mujer de 39 años), que suele trabajar con contratos temporales como auxiliar de enfermería cuando le llaman. «Nunca he tenido un trabajo estable desde los 21 años que empecé a intentar trabajar», explica la mujer, que indica que «me formé pero este tipo de puestos de trabajos son muy poco estables. Encadeno contratos de bajas y vacaciones de verano, pero ahora mismo estoy en el paro».

La mujer valoró que «a nosotras nos cuesta mucho más acceder a un puesto de trabajo estable. Y más yo que estoy en un sector en el que consigues una plaza en la Administración o lo pasas mal».