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La falta de electricidad retrasa hasta abril la entrada al nuevo edificio de San Antón

La entrega de llaves prevista para Navidad depende ahora de construir un centro de transformación

El primer bloque que forma parte de la regeneración urbana de San Antón. aNTONIO AMORós

Que los trámites burocráticos y administrativos entorpecen cualquier proyecto, sobre todo si es público, no es nada nuevo. Y si no que se lo digan a los vecinos del barrio ilicitano de San Antón, que llevan dos décadas esperando la renovación de esta zona y que ven ahora cómo el primer edificio que encabeza esta rehabilitación urbanística también se está viendo ralentizado más de la cuenta.

El penúltimo obstáculo tiene que ver con los suministros básicos que tienen que dar servicio a este primer edificio, construido dentro del proyecto de regeneración de la barriada, con 74 viviendas, 51 garajes y dos locales comerciales, y que se tenía, en teoría, que poder ocupar a partir de estas pasadas Navidades o principios de enero.

Sin embargo, habrá que esperar un poco más para la tan ansiada entrega de llaves. ¿El motivo de esta demora? La barriada no cuenta con la infraestructura eléctrica necesaria para garantizar la luz en las viviendas de este nuevo inmueble, según fuentes municipales. El caso es que la construcción de este edificio ha sido más rápida que los trámites administrativos pertinentes para que la compañía eléctrica pudiera dotar de un nuevo centro de transformación a este barrio.

El actual, ubicado en Ciudad Jardín, no puede dar el servicio que requiere este nuevo edificio, que ha sido construido para que cumpla con la calificación energética tipo B. Esto se traduce, entre otras características, en que todas las viviendas del nuevo inmueble tienen aire acondicionado y que, para que esté garantizado el suministro, es necesario construir otro centro de transformación, una obra que acaba de comenzar hace días, según siempre fuentes municipales.

Si el edificio no se construía con las características necesarias para cumplir con la calificación energética B, no se hubieran podido obtener las subvenciones públicas con las que, en definitiva, se está tratando de cambiar la imagen urbanística de esta barriada gracias a la construcción de nuevas viviendas y gracias al derribo de los veteranos bloques.

El caso es que el edificio no es el que debe contar con la infraestructura eléctrica necesaria, sino que debe ser toda la zona del entorno, por lo que, según indican fuentes municipales, lo que ha ocurrido es que se ha completado en el plazo estipulado el bloque, pero no así el centro de transformación previsto para garantizar el suministro.

Esta actuación añadida supone ahora una inversión de 141.000 euros, con cargo, según siempre fuentes municipales, a los gobiernos central y autonómico. Esas obras recientemente iniciadas deben concluir antes de dos meses, por lo que, como muy pronto, los primeros inquilinos no podrán ocupar las nuevas viviendas hasta abril.

La propia consellera de Vivienda, María José Salvador, visitaba el pasado 4 de julio algunos de estos nuevos pisos junto con responsables municipales, al tiempo que se indicaba que el edificio estaba prácticamente concluido. En concreto, el 2 de julio se informaba desde el Ayuntamiento de que el bloque estaba al 96,4% de su ejecución. De eso hace más de siete meses y los futuros propietarios todavía no han podido entrar.

También el pasado mes de julio el alcalde de Elche, Carlos González, poco antes de que se aprobara el pliego de condiciones para la comercialización de las viviendas de este primer bloque, indicaba que, seguramente, antes de que finalizara 2016 se iban a poder suscribir los primeros contratos de compraventa.

El Gobierno central y la Generalitat Valenciana costean dos terceras partes de las viviendas, mientras que los vecinos tienen que aportar el inmueble que dejan en San Antón y realizar un desembolso de entre aproximadamente 15.000 y 30.000 euros (IVA incluido), según los casos. El plazo de presentación de solicitudes para elegir vivienda se concentró entre el 1 de septiembre y el 31 de octubre, y estaban previstas dos formas de comercialización: al contado y a plazos, para dar facilidades a los vecinos del barrio.

En cualquier caso, mientras se prolongan estos cerca de dos meses de obras para dotar al barrio de un nuevo centro de transformación, el Ayuntamiento, que considera que no se está dando un nuevo retraso de dos meses por esta actuación de cara a garantizar el suministro eléctrico, a través de su empresa pública Pimesa, está trabajando para tener toda la documentación a punto y concretando con los futuros propietarios el método de pago escogido, así como los trámites para las inminentes escrituras de propiedad de las compraventas.

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