El Ayuntamiento de Elche está dispuesto a sacrificar una bandera azul en el litoral ilicitano con tal de contar con una playa para perros. Eso sí, siempre que se consiga un consenso vecinal y, además, un consenso político.

La concejal de Turismo, Mireia Mollà, dejaba ayer la puerta abierta a que dicha ansiada playa para canes pueda ubicarse prácticamente en cualquier punto de los nueve kilómetros de la costa ilicitana. De hecho, si durante el anterior tripartito, cuando Ilicitanos por Elche lo integraba, la zona escogida fue la playa de El Pinet, en La Marina, por no contar ésta precisamente con esa distinción de la Fundación Europea de Educación Ambiental, ahora cabría la posibilidad de que, si los vecinos no se oponen, cualquier playa pueda tener un tramo reservado para el baño de animales con sus dueños.

«Yo soy partidaria de que el calendario no estropee un buen acuerdo», señalaba ayer la edil de Turismo, Mireia Mollà, tras ser preguntada si la playa para mascotas podría ser una realidad este próximo verano.

A renglón seguido, Mireia recordaba que la designación por parte de los anteriores responsables de Turismo -en manos de Ilicitanos por Elche- de El Pinet como el lugar para esta nueva prestación generó malestar vecinal -lo que desembocó en parte en la salida de este partido del equipo de gobierno-, por lo que ahora se va a reunir a los pedáneos de las zonas de playa para, además de recoger sus opiniones, invitarles a visitar la playa para canes en El Campello, junto a responsables municipales. El objetivo es conocer aquella experiencia, una de las pioneras de la provincia, y, además, aprovechar la ocasión para visitar su zona privada para el aparcamiento de caravanas, una iniciativa que también está estudiando Elche de cara a este turismo, pero en una zona próxima al centro urbano.

Que un municipio como Elche tiene que contar con una playa para perros es algo de lo que la concejala de Turismo se muestra totalmente convencida y, a su juicio, merece la pena perder una distinción (bandera azul, aunque no hizo mención expresa a ello) para esta finalidad. El problema, a su entender, está en que ambos elementos no son compatibles, es decir, que no cabe la posibilidad de que se conjugue la certificación de calidad de una playa con el servicio orientado a mascotas en el litoral, algo que considera que se debería resolver.

Precisamente la junta de gobierno local aprobaba ayer el borrador de la modificación de la ordenanza para la tenencia de animales de compañía aprobada en 2009, en concreto, en su artículo 10, que, de prohibir totalmente la presencia de animales en las playas, se deja ahora como excepción la posibilidad de hacerlo en aquellas expresamente autorizadas, preparando así el terreno de cara al futuro. Más adelante será modificada la ordenanza de playas para incluir también esta excepción.

La playa para perros en Elche estaba prevista para entrar en servicio el pasado verano pero, meses antes, ante la reacción en contra de la pedanía de La Marina, la idea fue paralizada. Mientras en La Marina aseguraban que no se había consultado con los vecinos, en El Altet se apuntaba que se habían ofrecido a acoger con buen gusto dicha playa canina entre esta playa y la de Arenales del Sol.

Por otra parte, la edil de Turismo también informaba ayer de que los daños producidos por los últimos temporales en las playas ilicitanas han supuesto desperfectos por valor de 45.000 euros, un dinero que confían obtener de las ayudas procedentes tanto de la Generalitat como del Gobierno central. En caso de que esas ayudas no lleguen a tiempo, el Ayuntamiento está dispuesto a adelantar el dinero y reparar los desperfectos antes de la temporada de Semana Santa.

Según el informe de los técnicos, indicaron fuentes municipales, el grueso del coste tiene que ver con reponer cinco lavapiés, que, al parecer, el agua se llevó, así como reparar las acometidas de los que continúan.