«Sinceramente, me he visto perjudicada por sacar buena nota en las oposiciones, y porque me den un destino definitivo. Siendo la número 20 podría haber tenido plaza donde me diera la gana». Para Bárbara no es «ni medio normal» que hubiera docentes en expectativa de destino hasta 10 años, pero vista la recompensa final se plantea que si pudiera volver atrás preferiría sacar menos nota. Después de haber logrado ya dejar la casa de sus padres, y con previsiones de firmar una hipoteca, se ha dido todo al traste. Vive de alquiler en Utiel su destino a224 km, y cuando vuelve a Elda lo hace a casa de sus padres, «no podía con los dos alquileres». Trata de dejar fuera del aula su odisea, pero le pesa haber dejado el proyecto K1 europeo de Elda.