«Hasta ahora daban comisiones de servicio para los desplazamientos largos, y los destinos definitivos se daban con cuentagotas. Los interinos son igualmente válidos pero la plaza me la saqué yo, y no he podido acceder a ninguna de las vacantes que les han ofrecido a ellos, yendo por detrás de mí en la lista». Elena empezó a trabajar en Benidorm, luego estuvo en Elche y en Alicante, «pero esta vez, la peor de todas, a Castellón. Por fin tengo destino definitivo y casi era mejor no tener plaza porque de interina me hubiera tocado cerca de casa», se lamenta. Con menos poder adquisito y calidad de vida, a casi 3 horas de distancia, dice haber perdido algo la motivación. «Llego muy cansada de tanto coche y da rabia que no valoren el trabajo».