Su proyecto no solo ha convencido a la mismísima Agencia Espacial Europea o a GMV, la multinacional de referencia en el sector espacial. La idea de poner en la órbita algo que para Elche suena tan lejano y a la vez desconocido como un cohete también ha servido para despertar el espíritu más soñador de empresarios, incluso de sectores tradicionales, como el calzado.

Los emprendedores de PLD Space, compañía instalada en el Parque Científico de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche, han conquistado al tejido empresarial de la provincia y de otros puntos de la Comunidad Valenciana hasta el punto de recabar alrededor de un millón de euros para el lanzamiento suborbital del «Airon 1» el próximo año, el predecesor de otro vehículo mucho más grande y ambicioso, el «Airon 2».

Pero las pretensiones de los jóvenes percusores de esta iniciativa va mucho más lejos, al querer erigir en Elche una fábrica para construir los cohetes, similar a las que hay en los países del viejo continente, lo que convertiría a la ciudad en una especie de California Europea, que atraería talento y generaría empleo en el municipio. Algo con lo que los creadores de PLD Space, Raúl Torres y Raúl Verdú, han conseguido ganarse aún más a sus inversores.

¿Pero cómo se gestó todo este entramado? «Hoy día la posibilidad de que empresarios más clásicos inviertan en una startup cuesta mucho, pero la fortaleza del proyecto y esa naturaleza patriótica de los dos ''Raúles'', al querer crear una cadena de producción aquí, permitió ese respaldo económico», señalan Laura Vicente y Sergio Serrano, de la consultora ilicitana Gesem, la compañía que ha asesorado a PLD Space para captar inversores dentro del tejido empresarial.

Con todo ello, hace un año, la firma presentó su proyecto a empresarios con la idea de conseguir una inversión mínima de medio millón de euros, ya que su objetivo inicial era atraer un total de tres millones de inversión, la mitad pública y la mitad privada. Aunque, al principio, la pregunta de «¿quieren invertir en un cohete?» resultaba muy paradójica, después los empresarios se convencieron de que resultaba interesante y hasta hubo que parar la captación. Tras la presentación del proyecto, el equipo de Gesem propuso crear un vehículo de inversión entre varios participantes. «Pensamos que nidificando pequeñas cantidades se generaría un menor riesgo para los implicados. Además, tuvimos contacto con la Agencia Espacial Europea, desde donde nos dieron la interpretación del trabajo de PLD. Confirmamos que lo que habían conseguido los jóvenes ilicitanos en tan poco tiempo era asombroso y que eran los ganadores de su sector», destacan Laura Vicente y Sergio Serrano.

A partir de ahí, nueve inversores se lanzaron a la aventura y decidieron aportar su ayuda para conseguir que el lanzamiento del primer cohete reutilizable de Europa sea «made in Elche». Una familia de empresarios de la zona ha colaborado con la causa con medio millón de euros, lo que le convierte en el socio mayoritario. Junto a ellos, han participado firmas como Pikolinos, Grupo Marjal, una empresa ilicitana del sector de la construcción, una compañía de Valencia del ámbito aeroespacial, además de inversores particulares de Gesem, como Laura Vicente y Manuel Cabeza; el empresario del sector del e-comerce Ignacio Soriano; y dos conocedores de las telecomunicaciones. Pero este tándem de empresarios no solo se ha adentrado en la iniciativa a través de su apoyo económico, sino que PLD Space les ha dado la posibilidad de que formen parte del comité de toma de decisiones. «Los jóvenes emprendedores han querido contar con la experiencia del tejido empresarial y eso aporta mucho valor a su filosofía», apuntan desde Gesem.

Y es que las aplicaciones que podría tener el lanzamiento del cohete para la investigación, unida a la fortaleza de mandar al espacio un satélite con un coste muy inferior al del mercado, ha supuesto toda una revolución tecnológica que solo acaba de empezar.