La aplicación de nuevos protocolos que favorecen el parto natural ha permitido que Elche invierta la tendencia y que las cesáreas caigan, hasta tal punto de situarse por debajo de la tasa de la Comunidad Valenciana, fijada en un 22%. La aplicación y la consolidación de técnicas para evitar las intervenciones quirúrgicas para extraer a los bebés a través de una incisión abdominal ha llevado al Hospital General ha reducir en cinco años el índice de cesáreas en un 13%, mientras que el Vinalopó ha bajado la tasa en un 5% en comparación con 2010.

En el último ejercicio, el centro hospitalario público ha visto romper la tendencia ascendente de este tipo de operaciones que venían subiendo en los últimos años. En cifras, de los alumbramientos que hubo en 2016 (un total de 1.307), un 22% fueron por cesárea, un 3% menos que en 2015, con lo que ha conseguido equipararse a la tasa del año 2012. «Tratamos de evitar las cesáreas o reducirlas al máximo, porque la mortalidad es superior a la de un parto natural y sabemos que los estudios no han demostrado que hacer más cesáreas aumente la supervivencia», apunta Marcos Reillo, jefe del servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital General.

Una de las novedades que ha incorporado la especialidad es la recuperación de los partos con presentación podálica o de nalgas. Algo que hasta hace poco siempre iba ligado a la cesárea. «Ahora estudiamos los casos con mayor profundidad y, más o menos, la mitad de los que vienen de esta manera salen vía vaginal», explica Reillo. Este sistema supone todo un reto para muchos facultativos, ya que implica enfrentarse a una situación casi desconocida, sobre todo, para los profesionales más jóvenes y con menos experiencia. Asimismo, el centro hospitalario tiene previsto poner en marcha a lo largo de 2017 el procedimiento de versión cefálica, con anestesia, que consiste en darle la vuelta al feto antes del parto para ponerlo en la posición adecuada y evitar así una posterior incisión abdominal.

Esta técnica ya comenzó a utilizarse en el Hospital del Vinalopó en 2012, pero se ha ido consolidando en los últimos ejercicios dentro del marco del parto humanizado, mínimamente invasivo. En este sentido, el jefe de Obstetricia y Ginecología del centro de gestión privada, Eduardo Cazorla, explica que, «con nuestro protocolo de atención, cada vez se dan más opciones a las madres de tener un parto natural, gracias a técnicas novedosas que requieren una baja intervención o por la incorporación de la versión cefálica». Concretamente, de los 1.550 partos que registró el Vinalopó el pasado ejercicio, un 18% fueron por cesáreas, lo que sitúa al centro hospitalario por debajo de la media de la Comunidad Valenciana.

El seguimiento específico de cada uno de los pacientes o la apuesta por procedimientos más innovadores ha permitido que se reduzca el número de madres que iban a dar a luz a sus hijos por cesáreas y a las que, finalmente, se les da la opción de un parto natural, según el jefe de Ginecología y Obstetricia del Hospital del Vinalopó.

Y es que los facultativos coinciden en la necesidad de rebajar todavía más este tipo de intervenciones quirúrgicas que traen aparejadas complicaciones y un mayor riesgo de mortalidad. Los sanitarios alertan, por ejemplo, de que las cesáreas aumentan el riesgo de sufrir dolor abdominal tras el parto. También apuntan a que las probabilidades de tener un segundo hijo por cesárea aumentan considerablemente cuando ya ha habido una primera.