Una fiesta de Nochevieja ha llevado a Ilicitanos por Elche y a Compromís a enzarzarse por enésima vez en una trifulca y en un cruce de denuncias. Esta vez, el grupo municipal liderado por Cristina Martínez ha acusado a la portavoz de Compromís, Mireia Mollà, de «interferir en el trabajo de la Policía Local» para evitar el cierre de un local de Torrellano.

Al parecer, el establecimiento no contaba con la licencia de pub y, pese a ello, en su interior «había 150 personas, música a un volumen considerablemente elevado e incluso una zona con disc-jockey», según apuntaron desde Ilicitanos por Elche, que se remitieron a un informe policial.

El conflicto llegó cuando, según la versión del portavoz adjunto de la formación local, Fernando Durá, la edil de Compromís «medió con los agentes para ver si se podía obviar la situación y telefoneó al jefe de la Policía Local para tratar de revocar la orden policial de cerrar el local». Algo que los de Ilicitanos por Elche reprochado al partido que forma parte del equipo de gobierno y lo han tildado de «lamentable».

Frente a ello, la portavoz de Compromís salió del paso ayer y defendió haber actuado únicamente como «mediadora» para evitar que se produjeran altercados en caso de ordenar el repentino desalojo en el local. Una preocupación que, según ella misma, le habían trasladado los vecinos. Mireia Mollà admitió haber realizado esa llamada al jefe de la Policía Local para ver si podría ser «menos drástica» la operación y, según la segunda teniente de alcalde del Ayuntamiento, fue el jefe de Operaciones el que se encargó de evaluar el problema y optar por esa alternativa.

Al final, la gresca acabó en un desalojo progresivo de la fiesta y los agentes dejaron un margen de una hora para clausurar el local, según Mollà. Mientras, desde Ilicitanos matizaron que los agentes permitieron que continuase la música hasta el cierre del establecimiento a las 3.30 horas.

Ante la polémica desatada, la portavoz de Compromís quiso defender su «obligación de preocuparme por el problema, después de que los vecinos me alertaran de que podía producirse un altercado».

Desde la Policía Local, la otra parte salpicada por la denuncia de los de Cristina Martínez, aseguraron que la actuación de los agentes fue «correcta y coherente a la normativa y la legislación». Asimismo, fuentes policiales rechazaron que su decisión «obedeciera en ningún caso a un criterio político» y precisaron que el jefe de servicio se desplazó al lugar e impulsó las denuncias oportunas ante las infracciones observadas».

Las mismas fuentes descartaron que «se excediera el horario de cierre, ya que tenía autorizado una ampliación horaria, y que la música que se le permitió al local fue ambiental, con el objetivo de no ocasionar un problema de mayor orden público»

Pero la controversia por la fiesta de Nochevieja no quedó ahí. Y es que el Partido Popular también quiso tomar parte del asunto candente del día. El presidente del PP provincial, José Císcar, y la presidenta de la formación local, Mercedes Alonso, pidieron ayer una explicación pública a Mireia Mollà.