No solo apagan fuegos. Su labor llega mucho más lejos de la extinción de incendios. Los bomberos del área operativa del Baix Vinalopó, que incluye al Parque Comarcal de Elche y al auxiliar de Crevillent, han visto aumentar los rescates urbanos sobre todo por las aperturas de vivienda, fundamentalmente porque cada vez hay más personas mayores que viven solas. Este tipo de actuaciones fueron, de hecho, prácticamente las más numerosas de todas las registradas en 2016.

El pasado año, los efectivos realizaron un total de 1.560 intervenciones y de ellas 213 fueron por tener que abrir puertas de viviendas en las que había personas con dificultad para salir o que se encontraban atrapadas. Algo que desde la jefatura de las instalaciones de Elche relacionaron también con la existencia de una mejor comunicación con los efectivos de emergencia desde que hay una mayor cobertura de la teleasistencia. Sin embargo, a veces, la fortuna no acompaña y las adversidades hacen más difícil las intervenciones. Es el caso de un incendio, ocurrido en febrero, en una vivienda en el que murió una mujer de 77 años al no lograr abrir la puerta para escapar porque estaba cerrada con llave por dentro con hasta cinco seguros.

Por otra parte, los bomberos de Elche y Crevillent realizaron en 2016 más extinciones de fuegos en mobiliario urbano que en domicilios, industrias o de tipo forestal. Según las estadísticas facilitadas a este diario, los profesionales de los dos parques sofocaron 126 fuegos en vivienda; 19 forestales, principalmente en El Hondo, la sierra de Crevillent, las Salinas de Santa Pola y la pinada de La Marina y, además, actuaron en 18 industriales. En esta línea, otro de los casos que marcó el año 2016 fue el incendio declarado en Carrizales y que obligó a los profesionales a trabajar durante ocho horas.

En concreto, una de las causas que más movilizaron a los bomberos el pasado año y que también ha tenido un repunte en la zona es fuego en el mobiliario urbano. Este tipo de siniestros, registrados sobre todo en papeleras y contenedores, supusieron 174 intervenciones. Desde el Parque Comarcal de Elche indicaron que es raro el día que no haya un incendio por este motivo, y con más frecuencia durante estas fechas.

Ejemplo de ello ocurre cuando muchos tiran las colillas o las cenizas de las chimeneas, todavía calientes, a los contenedores o leña utilizada en las barbacoas. Una imprudencia que acaba haciendo necesaria la presencia de los efectivos de emergencias. Este tipo de descuidos han llevado de cabeza durante los últimos años a los bomberos de Elche, que han visto, en ocasiones, cómo vehículos próximos a los depósitos de basuras también salen perjudicados, hasta el punto de quedar calcinados. No en vano, en otros casos, el origen de este tipo de siniestros en el mobiliario urbano tiene que ver con la intencionalidad y el vandalismo.

El año 2016 ha dejado, por otra parte, un ascenso de intervenciones por salvamento en carretera en el área operativa del Baix Vinalopó. En concreto, los bomberos han acudido a 106 siniestros de tráfico, en los que en algunos casos ha sido necesaria la excarcelación de los ocupantes de los vehículos que se ven atrapados, la extinción de llamas en los turismos o la estabilización de los coches involucrados en el siniestro, entre otras labores.

Los días de lluvia y viento también inciden en el tipo de salidas que se efectúan desde el parque comarcal ilicitano. Precisamente, las adversidades atmosféricas provocaron que el pasado ejercicio los bomberos tuvieran que realizar 139 intervenciones por daños materiales, especialmente en las fachadas de los edificios con mayor antigüedad, localizados sobre todo en Carrús, y también por caídas de palmeras.

Abejas

En ese millar y medio de los servicios que emprendieron los efectivos de emergencia en 2016 también destacan las salidas por enjambres de abejas, con 86 salidas. La aparición de colmenas en las fachadas de los inmuebles o en los árboles próximos a viviendas hace que los ciudadanos den la voz de alarma a los bomberos. Una vez que los efectivos intervienen y retiran los enjambres, se encargan de llevarlos a los apicultores.

La prevención y la concienciación también ocupó una buena parte de las misiones de los profesionales. En cifras, el área operativa actuó en 130 retenes, por fuegos artificiales en fiestas, y registró 47 visitas a colegios.