José María Hernández se alimenta a base de productos ecológicos desde hace ocho años. Aunque nota que «cada vez hay más tiendas y que la oferta es mayor», aún echa en falta una mayor normalización de su consumo «porque en algunos productos se está más limitado», dice. «La gente entenderá cada vez más que la comida ecológica no es rara, que es normal, al no estar tratada por productos químicos», vaticina. Respecto al precio, «mucho mayor en productos cárnicos y un 20% en frutas y verduras», no pone peros. «Lo pago porque redunda en mi salud y en mi bienestar», sentencia. p. e.