A los mantecados, los polvorones, los almendrados y los turrones les ha salido competencia estas Navidades. Aunque las pastas tradicionales y autóctonas siguen sin faltar en ninguna mesa estas fechas, hay otra delicia que ha conquistado a los más golosos y así lo han notado las panaderías ilicitanas. Este postre llega de Italia y se llama panettone.

El bollo relleno con pastas y chocolate se ha convertido en una apuesta segura entre los obradores de la ciudad, por el creciente interés de los clientes en consumir este producto no solo en Nochebuena o en Navidad, sino a lo largo de todas las fiestas.

«Aunque algunos empezamos hace unos años, ya lo hacen en casi en todos los establecimientos. Ahora, como tendemos a la globalización este producto está muy de moda a nivel mundial», explicaron desde una pastelería del centro de Elche. De esta manera, durante estos días los establecimientos del sector se han inundado de este reclamo milanés que se vende con mucha facilidad.

«Es lo que más nos está pidiendo la gente últimamente y también lo que más nos cuesta hacer, ya que tardamos tres días en elaborarlo porque requiere mucho tiempo de fermentación», comentó otro pastelero de Elche.

Con esta demanda encima de la mesa, los obradores ilicitanos han tomado nota y tienen muy claro ya qué dulce de Navidad no puede faltar entre su oferta. «La gente lo compra para regalar por estas fechas, pero también hay quienes se los llevan para casa y lo van comiendo durante todas las vacaciones», apuntaron desde otra panadería.

En medio de una feroz competencia, las panaderías han optado por especializarse y elaborar recetas tradicionales o masas madre naturales, frente a los preparados más industriales. De ahí a que la diferenciación sea una de las claves para mantener y ganarse a la clientela. Y es que además del postre con sabor italiano, hay panaderías que optan por otros dulces de toda la vida, que se consumen en la zona. Los huevos hilados, los cordiales, los troncos de Navidad también forman parte de los placeres para el paladar durante estas fechas.

Sea como sea, y más allá de los gustos de cada uno, los hornos se han llenado de delicias artesanales que se consumen en todas las familias y este año con más fuerza si cabe. En este sentido, los establecimientos han notado un repunte en las ventas respecto a las celebraciones del pasado ejercicio. Incluso, algunos hablan de un incremento en la facturación de en torno al 20% y el 30%.

«No estamos al mismo que antes de la crisis, pero se nota más afluencia de gente y eso es un buen síntoma», resaltaron desde una pastelería. Paralelamente, desde otro obrador del casco antiguo de la ciudad coincidieron en esa mejoría y destacaron haber notado «una mayor alegría en las ventas, la gente está más animada a la hora de comprar pastas».

Así, inmersos en unas Navidades más dulces, los ilicitanos desembolsan una media de 30 euros en las pastelerías durante esta festividad, según apuntaron desde varios establecimientos tradicionales de la localidad.