«¿Quieres una? Son a dos euros». La oferta es directa y endiablada, a plena luz del día, en el mismo centro de Elche donde apenas minutos antes han robado las plantas de Navidad que luego ofrecen a cualquiera de los transeúntes que pasea por la zona. La mayoría son clientes de las tiendas afectadas por un saqueo masivo que, por la forma y el fondo, invita casi tanto a la risa como a la preocupación por la situación que se ha generado en los últimos días.
El colectivo de comerciantes de la calle Obispo Tormo, junto a la Glorieta, denuncia que, desde el pasado sábado, les han sustraído más de 30 plantas de las 180 que les ha donado el área de Parques y Jardines de Ayuntamiento de Elche para engalanar las puertas de sus establecimientos con motivo de la campaña navideña.
Ayer, sin ir más lejos, volvieron a desaparecer otras seis plantas de los maceteros de madera encargados para la ocasión en dos de los comercios agrupados en esta asociación. «Las he sacado a las cinco de la tarde, cuando he abierto, y a los dos minutos he salido y ya no estaban», aseguraba ayer entre la perplejidad y el asombro más absoluto la propietaria de uno de ellos. Por la mañana, en una tienda a escasos 15 metros de la suya, habían desaparecido otras tres. Así, desde el pasado sábado.
Los comerciantes ya han advertido a los agentes de la Policía Local de la situación aunque, de momento, «por aquí no se ha visto ni un agente», indicaba una de las afectadas en la tarde de ayer. «Yo las até a los maceteros con hilo de pescar y ni por esas, también me las han robado», señala otra comerciante de la zona que, desde dentro de la tienda y mientras atendía a un cliente, observaba atónita como «las macetas se movían como por arte de magia hasta desaparecer», relató.
Los comerciantes más precavidos han optado por reubicar las plantas -las que quedan- dentro de sus comercios. Otros asumen el riesgo de convertirse en los próximos damnificados y las mantienen en la calle a sabiendas que, a la vuelta de la esquina, siempre podrán recuperarlas por dos euros.
