Productores de granada ya han empezado a cultivar otras variedades para mejorar las exportaciones en los mercados europeos e incluso hay quienes han introducido híbridos para conseguir la mezcla perfecta. Más allá de la Mollar, la única que tiene la Denominación de Origen y que cuenta con 1.290 hectáreas cultivadas entre las comarcas del Baix Vinalopó, Vega Baja y l'Alacantí, hay agricultores que ya complementan sus cosechas con otra clase de granadas o directamente apuestan por la diferenciación.

Esta nueva tendencia ya ha sido detectada por la Asociación de Productores y Comercializadores de la Granada Mollar. Desde el colectivo, coincidieron en que una pequeña parte de los trabajadores del campo se está decantando por variedades como la Wonderful, que por su color más rojizo tiene clientes fijos en Alemania, pese a que su sabor es más amargo que la variedad protegida por la Unión Europea.

«En algunos mercados demandan que sean más coloradas, porque hay gente que come por la vista, pero nada tiene que ver con la Mollar», reconoció Daniel Soler, presidente de la cooperativa Cambayas. No en vano, el representante de esta sociedad también conoce otros casos de agricultores que han empezado a apostar por híbridos entre la Mollar y otras variedades. «También hay otras que se están empezando a plantar y que no están bautizadas, por lo que habrá que esperar unos años para ver qué salida tienen», reconoció el presidente de Cambayas.

Aunque, generalmente, los agricultores son conscientes de que el frutal protegido no tiene competencia por sus cualidades, sí que echan en falta más promoción de la Mollar en el exterior. «La Wonderful tiene más renombre fuera, se conoce más en Alemania o Turquía, ya que se produce también por aquellas zonas. Todavía queda mucho por hacer para colocar la nuestra en el exterior», explicó Manuel Esclapez, director de Vitalgrana.

Desde esta firma, que también utiliza una mínima parte de la variedad wonderful para darle un tono más rojizo a sus zumos, aseguraron que esta clase es más universal en lugares como Estados Unidos, Asia y Australia.

Desde aquí también son conocedores de los nuevos experimentos que se están haciendo en los laboratorios para mezclar distintas variedades, como las valencianas y la Akor. «Se están empezando a vender y a exportar a Europa, y parece que tendrá futuro», señaló, en este sentido, Manuel Esclapez.

Este creciente interés por reinventarse y ofrecer a los mercados algo nuevo también nace por la posibilidad de vender granadas todo el año y no solo a partir del mes de octubre, cuando tradicionalmente comienza la campaña de recogida de la Mollar.

Ejemplo de ello es la variedad Purple Queen. «Se trata de una granada que ha creado Citrus Génesis, una compañía de investigación, muy temprana y que se recoge en la primera quincena de agosto», apuntó Eladio Aniorte, presidente de la Asociación de Jóvenes Agricultores (Asaja) Alicante. Este tipo de frutal es totalmente nuevo, dulce, rojo por dentro y por fuera, con un grano delgado y ya ha empezado a venderse en el Mediterráneo y en el norte de África. «Hay que hacer lo que otros no hagan y cubrir los ciclos de producción. Vender granadas en agosto supone revalorizar mucho los precios», subrayó Eladio Aniorte.

Además de esta gama, hay productores que también tiran de los patrones mejorados de la granada Mollar, con una ventaja clara: dobla la producción de la clásica. «Es más vegetativa y en dos años puedo conseguir un árbol que tardaría cuatro en crecer tratándose de la variedad ilicitana», señaló el presidente de Jóvenes Agricultores.

Según el representante de Asaja en Alicante, esta tipología puede llegar a producir entre 40 y 50 kilos por árbol, tiene más calibre y ya ha comenzado a abrirse hueco en los mercados. El «boom» de la granada no deja de romper fronteras.