Si mucha gente apadrina árboles centenarios en algunas zonas rurales de España, por qué no hacerlo con parte del gran pulmón del Planeta: el Amazonas. Es la propuesta de tres empresarios ilicitanos, que desde el año 2006 desarrollan un proyecto de reforestación y preservación de la reserva amazónica de Chontachaca, situada en el Parque Nacional del Manu, uno de los más importantes en lo que a biodiversidad se refiere. El Gobierno peruano lleva a cabo concesiones de estos territorios a ecologistas comprometidos que no quieren que la industria minera y la tala ilegal arrase estas maravillas. Los ilicitanos José Ramón Mena, José Luis Galipienso y Alfonso Navarro se hicieron, hace una década, con alrededor de 500.000 metros cuadrados que han mantenido, rascándose sus propios bolsillos, y en los que han generado unas instalaciones ecológicas mínimas para poder mantener esta zona, conocida también como el «bosque nublado».

Su proyecto lo han denominado Oxizonia y, a través de él, quieren duplicar el número de metros en los que trabajar, para lo que están buscando la colaboración de otras empresas y de particulares. Mediante la web Oxizonia.com, que pusieron en marcha hace poco, le piden a la gente que apadrine esta iniciativa con una donación anual de 12 euros. «Si del compromiso de la gente sacamos 12.000, nos damos por contentos. Haremos un sorteo para invitar a alguno de los padrinos a Perú», precisan.

Para conseguir una mayor visibilidad implicaron, en octubre, al fotógrafo ilicitano Benya Acame, que realizó fotos y vídeos de esta aventura latinoamericana. Muchas de las instantáneas se pueden ver, hasta el 17 de diciembre, en la Sala Lanart del Centro de Cultura Contemporánea L'Escorxador.