Harina, huevos, ralladura de limón, almendras y mucho cariño son los ingredientes principales con los que las monjas del Convento de Las Clarisas elaboran estos días las pastas y dulces típicos de Navidad. Y es que estas fiestas se volverán a vender los productos que tanto éxito cosecharon el pasado año y que las religiosas elaboran de nuevo con motivo del V Centenario de la Fundación de las Hermanas Clarisas en Elche.

En esta ocasión, la recaudación de su venta irá íntegramente a ayudar a niños necesitados. De hecho, el dinero se destinará a becas de comedor para pequeños de Elche a través del proyecto social Santa Clara que tiene en marcha Cáritas.

Con esta motivación tan solidaria, las manos expertas de las religiosas elaboran estos días rollitos de vino, mantecados, iguales, suspiros de almendra, almendrados, nevaditos, marquesitas, trufas de chocolate, polvorones y yemas y tartas de Santa Clara, unas exquisiteces que ya han tenido éxito en otras ocasiones. De hecho, esta última es una de las elaboraciones que tiene más adeptos de los dulces elaborados. «Se trata de nuestra especialidad y es algo típico del convento que la gente no suele encontrar fuera, así que gusta mucho», apunta la madre abadesa del monasterio, sor Clara Juárez.

Además, una de las cualidades de estas pastas es que están elaboradas de manera artesanal, sin aditivos. «Todo se trata de productos naturales», explica la madre abadesa, que también revela que incluso las almendras son en su mayoría de los árboles de su propio huerto.

Este menester está intensificando el ritmo de la cocina de las Hermanas Clarisa pero lo hacen con gusto pues es por una buena causa. No obstante, siguen respetando el horario de la oración y algunas otras obligaciones.

Aunque comenzaron a preparar las pastas navideñas a partir del pasado lunes, fue mucho antes cuando empezaron a intensificar su ritmo de trabajo en cuanto a la elaboración de formas, que es su tarea habitual en la cocina del convento. Todo ello con el fin de poder de dedicarse ahora ya exclusivamente a los dulces navideños teniendo la producción de formas adelantada. Esta dedicación extra ha requerido también de una planificación, pues de las trece monjas que actualmente acoge el convento, ocho trabajan estos días en la cocina entre siete y diez horas. Cada jornada se destina a preparar una pasta distinta y esperan concluir para el día 20, cuando ya se prepararán para festejar la Navidad en el ambiente de espiritualidad y retiro que las caracteriza. No obstante, fruto de todo este esfuerzo esperan tener listas unas mil cajas que se pondrán a la venta a partir del sábado, 10 de diciembre, en el antiguo local de Parrot, frente a la oficina de Turismo del Parque Municipal y donde también ha estado el mercadillo del Domund.