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El fiscal, a favor de absolver al acusado de apropiarse de la fortuna de un tío enfermo

La acusación particular pide 10 años de cárcel y el heredero se escuda en que los notarios certificaron la última voluntad

El fiscal, a favor de absolver al acusado de apropiarse de la fortuna de un tío enfermo

El juicio contra un hombre al que se acusa de delitos continuados de estafa y apropiación indebida por haber llevado a su tío a un notario a que le legara en vida tres fincas y le nombrara su heredero único llegó ayer a su fin en la Audiencia Provincial en Elche. Al término de todas las declaraciones de familiares, notarios y médicos que atendieron al tío del acusado (fallecido en 2004), el Ministerio Fiscal informó a favor de que la sala le absuelva. El fiscal adoptó esta postura después de conocer que los dos notarios que intervinieron daban fe de que el hombre estaba en condiciones de comprender los documentos que firmó (aunque lo hizo con la huella dactilar), dado que de lo contrario no habrían dado luz verde las escrituras.

La acusación particular, que representa a los herederos de los hermanos del fallecido, reiteró su petición de diez años de prisión. La defensa, por su parte, se mantuvo en la tesis de que el hombre no hizo más que poner los medios para que su tío pudiera dejar por escrito su voluntad.

En este sentido, el acusado reiteró hasta la saciedad en el juicio que «era su voluntad, me decía "nene, hijo, arregla los papeles" y yo lo que quise es que él hiciera su propia voluntad; dos notarios dieron fe, yo no le llevé obligado». Además, expuso que los hermanos de su familiar (que estaba casado con su tía biológica, a la que perdió en un accidente) nunca estuvieron en contacto con él. A lo largo del juicio se ha suscitado la duda de si los hermanos del fallecido tenían algún derecho como herederos legítimos del fallecido, puesto que antes de firmar un testamento en el que designaba a su sobrino como único heredero ya había firmado otro anterior legando sus bienes a su mujer cuando ésta aún vivía.

La acusación particular sostiene que el hombre actuó de mala fe y aprovechó el estado de deterioro cognitivo de su tío para llevarle a un notario y conseguir que le traspasara como donaciones un chalet, un local y un piso, además de designarle heredero. Antes de eso, el hombre ya disponía de un poder y era autorizado en varias de la cuentas bancarias del hombre. La acusación también ha intentado demostrar a lo largo del juicio que empleó el dinero de esas cuentas (unos 450.000 euros en total) para su propio beneficio y no administrándolos en interés del hombre, algo que el acusado en todo momento ha negado.

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