La Policía Nacional investiga el origen de una deflagración y un incendio que afectó ayer por la tarde al edificio «El Siglo» de la Glorieta, en el número 37 de la calle Corredera. Cinco ocupantes del inmueble, que tiene tres plantas de oficinas, se vieron confinados en los balcones por el denso humo que se generó en la escalera interior del edificio, y por el cual dos personas tuvieron que ser atendidas por inhalación leve de humo. Agentes de Policía Judicial y Científica de la Comisaría de Elche inspeccionaron el edificio para determinar el origen del siniestro, que podría estar relacionado con el uso intencionado de líquido inflamable en la puerta exterior del despacho de abogados de la primera planta, según las primeras informaciones. Precisamente el letrado Francisco Escobar Giner (quien comparte esa oficina con su esposa y procuradora Isabel Soriano Román), expresó ayer -mientras los servicios de emergencias estaban aún trabajando y el personal de una ambulancia atendiéndola- que creía que se trataba de unas explosiones en el ascensor y que su mujer se había llevado «un buen susto», aún sin saber hacia dónde apuntaba la investigación policial.

Sobre las 18.45 horas, los ocupantes de la segunda y tercera planta (donde se ubica una empresa de desarrollo de «software» informático) escucharon una deflagración y al abrir la puerta se encontraron con la escalera atestada de humo negro, según expusieron ya en el exterior a preguntas de este diario. Fue en el momento de asomarse a la escalera cuando uno de los trabajadores de la empresa comenzó a tener problemas respiratorios. La otra persona herida leve fue la procuradora que se encontraba en el despacho de abogados y que, como los ocupantes de las plantas superiores, salió al balcón a la espera de los bomberos. Efectivos del Parque de Elche se desplazaron con una autoescalera, y un bombero ascendió por la fachada hasta alcanzar los balcones para tranquilizar a las cinco personas que permanecían confinadas.

Nervios

La mujer, visiblemente nerviosa, hizo gestos para intentar que la sacaran en la cesta, si bien en pocos segundos otro bombero accedió por el interior del edificio y pudo acompañarla fuera. Los tres hombres y otra mujer que estaban arriba esperaron a que los efectivos de emergencias airearan el edificio.

Una vez todo el mundo estuvo en el exterior, y después de comprobar que la deflagración no se había producido en un cuadro de contadores como se creyó en un primer momento, los agentes de Policía Nacional inspeccionaron el interior del edificio y encontraron la puerta del despacho prácticamente calcinada. Mientras tanto, en el exterior, cientos de personas se agolparon para seguir el operativo de emergencias hasta el punto de que fue necesario alejarles mediante un cordón policial. La Corredera quedó cortada al tráfico durante más de media hora para permitir el rescate y la extinción del incendio. En torno a las 19.30 horas, la zona recuperó la normalidad.