En un momento en el que las exportaciones de calzado a los países europeos siguen cayendo, empresas y patronales empiezan a ser conscientes de la seria necesidad de replantear las estrategias comerciales para garantizar la estabilidad del sector. Unas estrategias que apuntan a nuevos mercados en los que el producto español puede tener muy buena acogida, y que en particular buscan apostar por las misiones comerciales en EE UU, pese a la reciente victoria de Donald Trump.

Así, patronal y expertos en economía apuntan a la conveniencia de aumentar los esfuerzos por llegar al público norteamericano que tiene en alta estima el producto de diseño y calidad, como gran parte del que se produce en la provincia de Alicante.

Para reforzar esta estrategia, más de una veintena de firmas se trasladan la próxima semana hasta Manhattan para presentar un avance de las colecciones del próximo otoño-invierno. Un número importante para la Federación de Industrias del Calzado Español (FICE), pero que se queda lejos de las más de sesenta que se suelen trasladar a Las Vegas.

El presidente de la Federación de Industrias del Calzado Español, José Monzonís, destaca que «Estados Unidos es hoy en día uno de los mercados más atractivos para nuestras empresas, aunque también es muy competitivo y cuesta mucho esfuerzo hacerse un hueco en él».

No obstante, el sector se muestra confiando en que la llegada del republicano Donald Trump a la Presidencia de los Estados Unidos no va a suponer un incremento de los aranceles para los productos europeos, como se ha anunciado que puede pasar para los procedentes de China.

Aún así, los expertos sostienen que las empresas españolas tienen a su favor el diseño y la calidad europea, que los estadounidenses valoran enormemente. Miguel Rosique, socio de Pragma Business Consulting, aseguró que «las empresas que se inspiran en marcas de lujo y no producen calidad van a ser las más vulnerables, si se llega a producir una subida de los aranceles, mientras que el fabricante que apuesta por el diseño propio y el calzado de piel es menos vulnerable». Debido a la dificultad de acceder a la venta en grandes almacenes de EE UU, la oportunidad para las marcas españolas suele venir más de boutiques o pequeñas tiendas exclusivas que ofrecen producto de diseño y calidad, y que se salen del circuito marquista del lujo. En función de la fase de expansión en la que se encuentren las empresas, los expertos explican que se puede optar por uno de los dos canales de distribución principales: distribución indirecta vía representante o distribuidor, o distribución y venta directa.

En la Federación de Industrias del Calzado Español destacaron la necesidad de que las empresas salgan de su zona de confort, como es el mercado europeo, y miren con otros ojos el destino norteamericano con proyectos serios para ganar presencia, y contando con el asesoramiento adecuado para poder posicionarse.

Cifras

Actualmente EE UU es el sexto mercado para el calzado español y el primero fuera de la Unión Europea. Solo en 2015 las exportaciones españolas alcanzaron la comercialización de 4,1 millones de pares por valor de 178,3 millones de euros. Estos datos reflejan un aumento del 17% en valor y del 23% en número de pares. El precio medio de exportación es el más elevado con una media de 43,58 euros por par.

España representa el noveno suministrador de calzado para Estados Unidos y mantiene una tendencia al alza que no solo se reduce al volumen de exportaciones, sino también al aumento del precio por par del calzado femenino, que sitúa España en segunda posición mundial en precio por par, casi alcanzando a Italia.

Desde la patronal zapatera aseguraron que el estadounidense es un mercado maduro y competitivo de 320 millones de habitantes con una elevada renta per cápita. Además, Estados Unidos es el mayor importador de calzado del mundo con un cuarto de las importaciones mundiales totales. En 2015 importó 2.496 millones de pares por valor de 28.308 millones de dólares.