Hace 25 años, tal día como hoy, un 22 de noviembre, se presentaba a la sociedad el Institut d'Estudis Comarcals del Baix Vinalopó (IECBV). Un colectivo cuya misión era profundizar en el conocimiento de la comarca y animar la actividad cultural. Su presidente, Héctor Cámara, destaca la gran aportación de la entidad a la comarca y que su misión sigue siendo dar a conocer el patrimonio local y reclamar su conservación.
El Institut d'Estudis Comarcals del Baix Vinalopó nació hace 25 años con el objetivo de animar la actividad cultural. ¿Cree que se ha conseguido?
Durante 25 años se han hecho muchas cosas, pero los objetivos que se marcaron en aquel entonces son unos objetivos que nunca se acaban. Muchos se han cumplido. Somos una asociación que siempre ha estado para estudiar, investigar y exigir a las administraciones públicas la conservación del patrimonio y la historia de la comarca. Nació en un momento en el que se pensó que era necesario, cuando había muy pocos centros de estudios locales. Se creó como un instituto que mirase la microhistoria y no tanto la macrohistoria, para investigar lo más cercano. El Institut d'Estudis Comarcals nació con la necesidad de llenar un espacio que estaba vacio. Ahora, 25 años después continuamos igual, porque el espacio necesita ser llenado. El conocimiento del territorio en el que vivimos tiene que ser investigado y actualizado continuamente.
¿Se consideran un colectivo adoctrinador y reivindicativo?
Nuestro principal objetivo es continuar, que ya es complicado teniendo en cuenta que el asociacionismo local está de capa caída. Vemos que la sociedad está adormecida, por lo que nuestro objetivo es seguir con la labor que hemos ido haciendo, investigando y siendo críticos. Nunca nos hemos dejado llevar por ningún gobierno municipal ni autonómico. Desde el principio hemos hecho informes sobre patrimonio, historia y medio ambiente en los que se ha reclamado prestar atención a muchas cosas. Algunas veces hemos obtenido respuesta y otras no, y hemos continuado exigiendo que se actúe. Lo hemos visto recientemente con el caso de las torres vigía de Elche. Si no somos capaces de sentirnos vinculados a nuestro patrimonio, poco futuro tenemos en la comarca. Si no conocemos nuestra historia, podemos acabar tomando decisiones que vayan en contra de ella.
¿Qué cree que hubiera pasado en este tiempo si no se hubiese creado el instituto?
Siempre ha habido un interés por el patrimonio y las tradiciones, pero sin el instituto y sin la revista La Rella no tendríamos muchos conocimientos que tenemos hoy sobre nuestra comarca. Hoy en día somos más conocedores de Elche y la comarca gracias a que existe el Institut d'Estudis Comarcals y su publicación. No es gracias a ninguna persona en concreto, sino a muchas personas que han visto en el instituto el canal adecuado.
En la puesta en marcha participó un centenar de personas de muy diversas profesiones. ¿Quién forma actualmente la entidad?
Contamos con trescientos socios. Hay socios que nos ha dejado, pero contamos con historiadores, artistas, socios del sector de la educación, y de la economía. Personas de diferente pensamiento político, ya que la defensa del patrimonio debe ser apolítica.
