Las redes sociales han marcado un antes y un después en el mundo de la moda y también en los negocios. Un cocktail perfecto que ha dado lugar a la aparición de las «it girls». Jóvenes que suben sus looks diarios a internet y crean tendencia desde el minuto cero. Sin embargo, la apuesta por este tipo de «influencers» de la moda ya no es solo cosa de las grandes firmas de ropa, que han visto el cielo abierto con este canal infalible para llegar a sus clientes.

Ahora, el pequeño comercio no se ha quedado atrás y Elche es un buen ejemplo para encontrar chicas «trendy» que muestran en Facebook, Twitter, Instagram o, en algunos casos en sus páginas webs, «outfits» con las prendas que venden en su propia tienda. Así, la ciudad cuenta con negocios que tiran de su propio personal para «posar» para las redes sociales, convirtiéndose, a la vez en imagen de marca. Mientras que otros, han dado un salto a modelos más profesionales para mostrar sus productos.

«Aunque parezca una tontería, hacerse una foto delante de un espejo y enseñar un look cada día funciona. A mí me ha servido para llegar a más público y hacer envíos de mi ropa a diferentes lugares de España. Las redes sociales son efectivas y encima gratis», explicó Esther Soler, de Bambolina Urban Trend.

Como ella, hay comercios que han notado de forma inmediata la repercusión que tiene publicar en las redes un «outfit», ya que los clientes se interesan por esas prendas que aparecen en internet y acaban comprándolas. La reacción es inmediata.

Más cercanía

«Hemos comprobado que no funciona igual con una modelo. A la gente le gusta ver cómo queda el vestido en alguien más cercano», explicó Isabel Miralles, responsable de Mi Jolie.

De esta forma, el pequeño comercio ha comprobado ya el alcance que tiene esta nueva forma de comunicación, porque ayuda a los clientes a coger ideas, a combinar prendas y accesorios al ver el look entero. «Cuando nos ponemos nosotras en la foto tenemos más "likes", a la gente le gusta ver que la ropa queda tal cual se la estamos enseñando, que vean que es real», señalaron Susi Vicente y Lola García, de Trócola.

Con ello, en otras tiendas de moda de Elche también se han percatado del potencial de este tipo de plataformas, aunque inciden en cuidar la imagen de la tienda tanto física, como online. «La gente se siente más identificada con esa imagen de chica más de a pie de calle y hemos notado que se llega a más seguidores. Pero hay que cuidar muy bien la imagen que se da», explicó Belén Agulló, responsable de Chevalier-Versso.

En otros establecimientos algo más grandes con sede en Elche y con presencia en otras ciudades de España tiran de profesionales para mostrar en las redes sus productos de calzado, pero, a su vez, «fomentan que las propias dependientas se unan a esa moda de crear tendencia», afirmó Rebeca Caselles, encargada de Dakota centro. Esta estrategia de marketing ha llevado a otros locales a apostar más fuerte y a decantarse por modelos, tras empezar con el personal de la propia tienda. «Nosotros trabajamos con otro enfoque más profesional, con modelos que se ponen los outfits y cada día subimos la colección para darnos a conocer y para tener un volumen de ventas más alto», señaló Ricardo López, store manager de Moments.

Así las cosas, el pequeño y mediano comercio se han puesto las pilas para reivindicar su presencia en la ciudad al estilo de las grandes cadenas nacionales y multinacionales, que han cambiado la forma de comprar.

Revolución obligada

Ante este panorama, los expertos coinciden en que la tecnología ha revolucionado los hábitos, la moda y las tiendas, sean del tamaño que sean, por lo que es necesario subirse al tren de las redes sociales.«Cualquier negocio se somete a una transformación digital. Los clientes llegan superinformados a la tienda física y el canal digital es un envoltorio de la marca que tiene que ser confortable», explicó Miguel Rosique, consultor de negocio en PragmaBC y vicepresidente ejecutivo en Fundesem Business School.

Desde el prisma de las redes sociales, el experto y profesor en la Universidad de Alicante (UA), Óscar Carrión, destacó que «las "it girls" generadoras de estilo pueden ser una gran arma para atraer al pequeño comercio a la gente de una forma más cercana, que quizás esté dispuesta a pagar más por sus productos en lugar de ir a la gran distribución». El especialista en marketing recalcó, además, que «hay que perder el miedo para enseñar el producto en internet».