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Pere Rusiñol: «Mucha gente ya no confía ni en los buenos periodistas»

"Los ciudadanos quieren información independiente, por lo que hay que hacer una labor pedagógica para que sepan que tienen que pagar por ella"

El periodista catalán Pere Rusiñol, en la UMH. SERGIO FERRÁNDEZ

El periodista catalán ha impartido estos días dos talleres dentro del Máster en Innovación Periodística de la Universidad Miguel Hernández (UMH), dirigido por el profesor Miguel Carvajal. A los alumnos les ha explicado cómo propuestas periodísticas como Mongolia o Alternativas Económica son viables dentro de un sector mediático en crisis. Proyectos en el que el periodista se convierte en su propio jefe para evitar manipulaciones.

No desiste en encontrar el camino «correcto» periodístico...

Más que desistir creo que no hay más remedio que buscarlo. Sobre todo porque los grandes medios, que son los que yo conozco, se endeudaron hace años y ahora son prácticamente propiedad de la banca, que a su vez tiene intereses políticos y empresariales. El periodismo independiente suele molestar a todos esos poderes así que el único camino para trabajar libremente es montártelo por tu cuenta.

Afirma que la única forma de que un periodista mantenga su independencia es siendo socio de su propia cabecera. ¿No podría pervertir eso la profesión?

Para nada. Es la única garantía que te permite ser libre. Imagina que un político o una empresa llama a tu medio preguntando por el jefe y el jefe eres tú. Los redactores nunca nos hemos preocupado de la propiedad y es algo importante. Si dejamos los consejos de administración solo en manos de empresarios estaremos sujetos a intereses no periodísticos.

En la revista Alternativas Económicas dicen que apuestan por un discurso más democratizado.

Los medios económicos da la sensación de que están más orientados a los inversores y los políticos que a la gente. La economía debemos entenderla todos porque nos va la vida en ello. Además, las grandes cabeceras te hablan de temas como las preferentes desde la superficie y la lágrima del afectado pero no profundizan en los culpables porque quizá esos culpables son los que los controlan.

¿Esa desconexión entre profesionales y la ciudadanía no se ha evidenciado con los pronósticos de las elecciones en EE UU?

Yo pienso que hay muchos periodistas, tanto en Europa como en EE UU, que han hecho un trabajo fantástico y que siguen pisando la calle. El problema es que hay una sensación de desconfianza casi natural de los ciudadanos que no dejan de ver ejemplos de medios que coquetean con el poder. Por eso hay mucha gente que ya no confía ni en los buenos periodistas.

Usted mantiene esperanzas en el papel. Es interesante que lo vea viable en estos tiempos...

Es más romántico pensar que podemos vivir de la publicidad en un periódico digital cuando todas las empresas mediáticas del mundo solo acaparan el 26% de la publicidad que llega a los dispositivos digitales. El 75% que queda es para Facebook y Google. Los ciudadanos quieren información independiente, por lo que hay que hacer una labor pedagógica para que sepan que tienen que pagar por ella.

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