Este joven de 34 años es el secretario general de los Jóvenes Musulmanes en España. Afirma que promueven actividades para que la juventud musulmana, que desde hace años reside en España, no se deje engañar por los radicalismos islámicos.

¿Consiguen algo a través de estas actividades?

Sin duda, porque no hay mejor vacuna que la educación contra cualquier tipo de extremismo. Los jóvenes musulmanes que residen en Europa y son abducidos por los mensajes de grupos terroristas como el Estado Islámico suelen ser una minoría y tener un problema de pertenencia, se sienten en una especie de tierra de nadie. No se identifican ni con la cultura de la que provienen ni con la occidental. Nosotros tratamos de inmunizarlos a través del conocimiento, ya que los mensajes del Isis son realmente muy simplistas.

¿Qué papel juega nuestro país en mitad de todo esto?

Entiendo que juega un papel positivo, pero insuficiente. En España solo se habrán acogido un centenar de refugiados sirios y su compromiso estaba en torno a 19.000. Son cifras ridículas que solo se justifican con la excusa de que se pueden colar terroristas. Es cierto que hay que implantar buenos filtros, pero que no nos engañen. Ese no es el problema. El problema es que hay miles de personas que precisan ayuda y siguen en condiciones infrahumanas.

¿De veras le quedan esperanzas con todo este panorama?

Yo creo que sí y que podremos lograr una convivencia entre religiones a nivel mundial.

¿No son las religiones a veces el problema?

El problema es cómo se han instrumentalizado por el interés de algunos. La religión normativa nos lleva a la empatía y a luchar contra el egoísmo.