La construcción despierta de su letargo. El ladrillo empieza a tirar de la creación de nuevos empleos y supera ya los contratos creados a lo largo de todo 2015, todo ello pese a que todavía falta noviembre y diciembre para cerrarse el año. De hecho, se trata del único sector económico que ha superado los diez primeros meses del año con más oportunidades laborales que en el pasado ejercicio.

En esta línea, la construcción ha dejado en Elche, hasta octubre, un total de 7.897 contratos. Mientras, el año anterior acabó con 6.293 acuerdos laborales, 2014 cerró con 4.556 y 2013 con 3.823. Estas cifran desembocan, por ejemplo, en que el censo de empresas ha subido por primera vez en siete años.

«Esto confirma que la construcción se está reactivando y que en el momento en el que hay movimiento de obras hace falta personal y aumentan las contrataciones», explicó José María Gómez Gras, catedrático de Organización de Empresas de la Universidad Miguel Hernández.

En este sentido, el auge de la rehabilitación y las reformas ha conseguido salvar a muchas de las mercantiles durante los años negros de la crisis y, ahora, son las actividades que tiran del carro en el sector ante el envejecimiento del parque de viviendas, por delante de la obra nueva. Esta tendencia va unida al incremento de mercantiles de construcción, que ya se registró en 2015 y que elevó hasta 812 las empresas dedicadas a esta actividad.

Ese repunte del sector del ladrillo se produce en un contexto el que el ritmo de creación de empleo se equipara al del pasado ejercicio, con 60.321 contratos nuevos realizados hasta octubre, aunque si bien es cierto que, para igualar las cifras del año 2015, Elche debería sumar 11.703 acuerdos entre noviembre y diciembre.

Ante ello, desde los sindicatos apuntaron a un estancamiento de las contrataciones, ya que la formalización de nuevos puestos de trabajo es más lenta que en los últimos tres años de recuperación económica. En este sentido, el pasado ejercicio finalizó con 72.407 contratos, 2014 contabilizó un total de 65.627 acuerdos profesionales y 2013 cerró con 55.248.

«Esto demuestra que no se está consolidando un modelo fijo de garantías más allá de los modelos de estacionalidad. De aquí a Navidad siempre se genera empleo, pero el problema es que siempre es por temporadas», explicó Martín Carpena, de Comisiones Obreras. Por su parte, desde UGT, el secretario general en Vega Baja, Vinalopó y La Muntanya, Ismael Senent, criticó que «el descenso del paro ha venido este año por la contratación en educación, pero la mayoría de empleos que se han creado son de corta duración. No terminamos de despegar».

Por ello, desde los sindicatos coinciden en la necesidad de poner en marcha políticas que favorezcan el empleo estable, con el objetivo de acabar con una temporalidad que afecta al 90% de los contratos, una situación que se repite año tras año.

Desde otro punto de vista, los expertos en economía señalan las circunstancias políticas como factor determinante. «Parece que se ha producido un compás de espera por la paralización del Gobierno a nivel nacional en los últimos meses y las cifras de empleo no han sido todo lo buenas que se debería. Confiamos en que el ejercicio que viene vaya a ir mejor», apuntó José María Gómez Gras.

Otros sectores

La construcción es el área económica que está experimentando crecimientos más espectaculares en Elche, pero todavía es el sector servicios el que más tira del carro. Y es que en la ciudad se han formalizado 39.189 contratos en lo que va de año, mientras en 2015 se registraron 45.850.

Por otra parte, la agricultura también está respondiendo con nuevas oportunidades laborales a un mayor ritmo que la industria. En este caso, Elche ha creado en lo que va de año 2.252 puestos de trabajo y cerró 2015 con 2.341 contratos. El freno más representativo se observa, precisamente, en el sector industrial, ya que el ejercicio anterior dejó 17.933 contratos y en lo que va de 2016 se han creado 10.983. Una realidad, que según los sindicatos, corresponde a la falta de reactivación del área manufacturera y a la fuerte temporalidad.