La cuenta atrás para comenzar una nueva misión ha comenzado para el religioso ilicitano. Francisco Conesa se trasladará a Menorca en enero para ejercer como obispo y dejará la ciudad que le vio nacer hace 55 años y que le vio adentrarse en el mundo del sacerdocio. Comenzó desde bien pequeño como seminarista, con tan solo doce años, y desde entonces, ha recorrido un buen número de parroquias de Elche y la provincia. Tras ejercer 16 años como vicario general y tres como rector de Santa María, se despide de su última etapa en Elche, con el recuerdo imborrable del Misteri, de su amor por la Virgen de la Asunción y de su ciudad. Desde aquí, reconoce estar dispuesto a trabajar por abrir las puertas a la sociedad actual.

¿Cómo ha acogido este nombramiento tan importante?

Para mí fue toda una sorpresa, no me podía creer que el Papa había contado conmigo. Luego sentí temor por si iba a poder ser fiel en el ministerio que me encomiendan y después sentí mucha gratitud al señor y a mi iglesia, por vivir la fe, por haber nacido en una familia cristiana, por mi parroquia de origen y por todo lo que he vivido como sacerdote.

¿Cómo han sido estos tres años al frente de Santa María, tras ser vicario general durante 16 años?

He vivido momentos muy importantes, la Semana Santa, las fiestas de la Venida de la Virgen, las celebraciones patronales, el mes de mayo, las fiestas de la Inmaculada, el Corpus que cada vez ha cobrado más fuerza. He encontrado una parroquia viva, con grupos de adultos, niños, catequesis... que realiza una tarea como comunidad. Y he encontrado muy buenos compañeros sacerdotes. Me ha llenado mucho esta etapa, como vicario ejercí otras tareas que desgastaron más, entonces se ejercía una labor de gobierno, tenía que tomar decisiones todos los días sobre personas, parroquias, instituciones de la Diócesis y sacerdotes. Era una tarea más distante de la gente, no se tenía el trato tan directo como ahora, como rector, aunque también visitaba a las parroquias, pero como el que venía de fuera.

¿Qué exigencias se le vienen encima de cara a su nuevo cargo?

Mi objetivo ahora es ponerme a caminar por aquella iglesia, conocer en qué punto se encuentra. Quiero adaptarme a la vida de la iglesia en Menorca y, una vez que esté en su paso, renovar, impulsar proyectos, facilitar la renovación de aquella iglesia. Una renovación en la línea del Papa Francisco que impulse la misión, el salir hacia afuera.

¿Cuáles han sido los principales retos o desafíos a los que se ha enfrentado como sacerdote en Elche?

El desafío importante que tenemos todos los cristianos ahora es anunciar a Jesucristo en el contesto de las sociedades plurales, al hombre de hoy, que vive en este mundo secularizado, donde la religión ya no es lo más importante como en otras épocas, sino que ocupa un lugar casi testimonial en la vida de las personas.

¿Cómo cree que se puede lograr ese rencuentro de la iglesia con la nueva sociedad?

Hay que renovar nuestras instituciones. El papa Francisco habla sin ningún reparo de la revisión de la iglesia, que tiene que hacer autocrítica para descubrir cuáles elementos no son necesarios para la evangelización y debe prescindir de ellos. Eso es un reto. Saber prescindir y dejar de lado costumbres que hemos tenido y que ya no sirven para anunciar a Jesucristo. A la vez, tenemos que asumir y tener la valentía de realizar todo aquello que contribuya para proclamar a Cristo.

¿Habla de un acercamiento a los jóvenes?

Por supuesto, pero no tenemos que dirigirnos solo a los jóvenes, sino a todas las edades. Los jóvenes son la esperanza de la iglesia, pero hay que empezar desde niños. Hay que trasmitir las actitudes de nuestra fe desde bien pequeños. Pero, ese no es el único objetivo. Hay que llegar a todo el mundo.

¿Qué respuesta ha encontrado en los feligreses a lo largo de su etapa en Elche?

Estoy muy contento con la respuesta que he encontrado aquí. Quizás, Santa María es una excepción porque es un lugar emblemático en Elche, acuden familias de otras parroquias... He encontrado respuesta a iniciativas que hemos tenido, también de tipo material, como el retablo de los Papas Santos de la basílica. Muchos proyectos han tenido eco y los feligreses conectaban con ellos.

¿Qué misión ha sido más importante estos tres años?

Durante mi etapa aquí, hemos puesto el acento en varios aspectos. El primero es que Santa María tuviera las puertas abiertas a todas las personas, acontecimientos, a la vez, dando a conocer su Patrimonio. También, se ha querido cuidar la religiosidad del pueblo, con la Semana Santa y sus fiestas, porque también tiene fuerza evangelizadora.Además, hemos querido fortalecer a los fieles laicos para que ellos también tuvieran la fuerza de anunciar a Jesús.