Consumidores de estupefacientes, de alcohol y también de juegos o nuevas tecnologías. La Asociación de protección y ayuda a Exalcohólicos (Apaex) ha visto duplicar sus atenciones este año por los casos de policonsumo. El colectivo se ha abierto este ejercicio a más adicciones, más allá de tratar los problemas con la bebida, y ha visto disparar el número de usuarios que han acudido en busca de ayuda.

Los conflictos por el abuso del móvil e Internet también han entrado por la puerta grande de esta agrupación de largo recorrido en Elche. Según su presidente, Manuel Agulló, en el primer semestre de este año se han realizado ya el mismo número de intervenciones que en 2015. En esta línea, la asociación ha registrado 56 derivaciones a las unidades de consultas adictivas de la ciudad y 97 seguimientos de casos.

El perfil y las edades de los usuarios que deciden tocar la puerta de Apaex es diverso y varía en función de la adicción. Ejemplo de ello es el afectado por el alcohol, que acude a la entidad, con 35 o 40 años, después de llevar dos décadas enganchado. «El problema es que el alcohol está muy normalizado y tomarse cuatro copas está visto como algo normal cuando no lo es. Cuando uno se da cuenta del problema ha pasado ya mucho tiempo», explicó Agulló. Mientras, los consumidores de cocaína que reciben el colectivo rondan los 26 años. También, son muchos los padres de afectados los que dan el primer paso y piden auxilio o consejo al colectivo.

Con este panorama por delante, la asociación de protección y ayuda a exalcohólicos cerró ayer sus jornadas locales, en las que expertos abordaron el papel de la familia a la hora de enfrentarse a las adicciones. Psicólogos y terapeutas recalcaron los círculos más cercanos al enfermo como factores de riesgo y, a su vez, como víctimas directas.

En esta línea, la desestructuración de la pareja, el aislamiento social, la baja cohesión familiar, el conocimiento de los hijos y el clima afectivo fueron algunos de los condicionantes analizados por los especialistas como influyentes en un problema de consumo.

Asimismo, los expertos debatieron sobre las consecuencias que desencadenan los estupefacientes, y el alcohol y remarcaron la importancia de acudir a profesionales para ayudar al afectado a salir del túnel. Las jornadas, celebradas en la Universidad Miguel Hernández, contaron con la asistencia de más de un centenar de personas, entre estudiantes, especialistas y usuarios del colectivo. Tras dos días de debate, la cita de ayer se centró en el programa de intervención con las familias, presentado por la coordinadora de Proyecto Hombre. Otro de los proyectos presentados fue el programa CRAFT, sobre intervención familiar en jóvenes y adolescentes, de la mano de un psicólogo general sanitario.

Los testimonios reales de afectados sirvieron para acercar de una manera más humana el alcance y la repercusión que puede tener el consumo de alcohol. Ejemplo de ello fue el caso de un hombre que después de 25 años enganchado logró rehacer su vida y llegó a cursar una carrera universitaria.

Por otra parte, Apaex presentó una nueva edición del curso de formación sobre voluntariado sobre alcoholismo y otras adicciones, que comenzará el día 12 de noviembre y se desarrollará durante cuatro sábados, de la mano de expertos de distintos ámbitos de la salud.