El Misteri siempre despierta las emociones. Así lo reconoce todo aquel que lo ve, y ayer se repetía una y otra vez. Las representaciones extraordinarias de La Festa no han decepcionado ni a propios ni a extraños. «Cuando se empieza con un buen nivel, es muy fácil mantenerlo», afirmaba el mestre de Capella, José Antonio Román, poco antes de pisar el andador para participar en el Ternari junto a los cantores Pepe Guilabert y Javier Piñol en La Vespra.

Tanto La Vespra como La Festa, las dos partes que componen el drama asuncionista declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, atrajeron al centro de la ciudad a miles de ilicitanos y turistas, que aprovecharon la ocasión para admirar la joya ilicitana en un ambiente otoñal, con menos calor que en agosto.

Después de tres jornadas de ensayos, las puertas abiertas de la basílica de Santa María dejaban entrar la luz y el ambiente de la calle en el día de Todos los Santos. «Venimos desde el barrio de Carrús para ver el Misteri, que es precioso», decía Pilar Bru, que guardaba sitio en un banco para otras amigas ayer por la mañana.

Así, el público abarrotó las naves de la basílica por la mañana y, en especial, por la tarde, para ver en directo uno de los momentos cumbre de la representación, la coronación de la Virgen de la Asunción en el cielo. De hecho, muchas personas no tuvieron más remedio que seguir el final de las representación desde la calle, apostados a las puertas de la basílica, mientras los cantores entonaban el Gloria. Un momento en el que el público se emocionó con el canto de los cantores, para ver subir a la Virgen al cielo mientras los ángeles posaban la corona sobre su cabeza. Una corona de color oro, como el oropel que cayó en forma de lluvia inundando todos los rincones de la basílica, a la vez que el público aplaudía y lanzaba vivas a la patrona de Elche.

Atrás quedaban otros momentos intensos de las representaciones, como la primera vez que el cielo se abrió para dar entrada a la Mangrana en la escena, con el ángel que encarnó Eduardo Gómez, o la entrada de la Judiada, que sigue trabajando su expresividad y la entrada en el Cadafal.

El papel de María Mayor fue representado ayer por el niño Adrián Cuenca, mientras que en el Araceli y la Coronación cantaron los niños Pau Gonzálvez, Manuel Abad, Eduardo Gómez, Antonio Espinosa y Javier Chinchilla.

La jornada de ayer también fue muy especial para el obispo electo de Menorca, Francisco Conesa, que ayer vivió su último Misteri como rector del templo ilicitano. Francisco Conesa destacó que «cada dos años tenemos la suerte de poder renovar nuestro amor a la Asunción el día de Todos los Santos, y podemos acompañarla por la ciudad», para decir después que «estoy viviendo estos días de un modo especial después de tres años en Santa María». Conesa se refirió a su inminente marcha a las Islas Baleares para ocupar el cargo de obispo de Menorca y dijo que «pido a la Virgen, a la que vino por el mar, que me acompañe en mi viaje».

Otras personas que también vivieron las representaciones de una forma especial, fueron los electos. La portaestandarte, María Teresa Pérez Vázquez, vicerrectora de Relaciones Institucionales de la Universidad Miguel Hernández; junto a las personalidades electas Francisco Sánchez, director de la Universidad CEU Cardenal Herrera de Elche; y José Ruiz, director del centro de Elche de la Universidad Nacional a Distancia. Los tres confesaron haber vivido momentos entrañables durante el ciclo otoñal.

Además de las representaciones extraordinarias de La Vespra y La Festa, el Misteri salió a la calle con la procesión de la Virgen de la Asunción, que recorrió las vías del centro de la ciudad cuando finalizó la primera parte. En ella, también participaron numerosos fieles, así como representantes de la Corporación municipal, presidida por el alcalde de Elche, Carlos González, con el Comisario de la Policía Nacional en Elche, Javier Pérez Castillo, y el jefe de la Policía Local de Elche, César Zaragoza.