Cuando los niños que se refugiaron de la Guerra Civil española en diferentes colonias extranjeras se ponían a dibujar solo supondría para ellos una mera distracción o una manera de canalizar todas las atrocidades que habían visto sus jóvenes ojos. Con el paso de los años se han convertido en un valioso reflejo de todo lo que allí ocurrió y empañó la historia de nuestro país. Una selección de 60 de estas creaciones conforman la exposición «Llibres, paper i bombes (1936-1939)», que desde ayer se puede ver en la sala de la Orden Tercera de Elche y que permanecerá hasta el próximo 20 de noviembre. Unas representaciones bélicas, garabateadas, que incluso durante los años de la contienda se expusieron en lugares tan dispares como París o Nueva York. Muchos de ellos se conservan en la Universidad de California en San Diego, en la de Columbia de Nueva York y en la Biblioteca Nacional de Madrid.