Seis bloques que resumen un total de 500 años. Así se ha dividido la exposición «Ora et labora» en el Museo Arqueológico y de Historia de Elche (MAHE), que propone un recorrido por el devenir de la orden de las Clarisas en tierras ilicitanas. Uno de sus comisarios, el archivero de la basílica de Santa María, Joan Castaño, detalla que en la primera parte se propone al espectador una introducción a la orden de los Franciscanos, de la que provienen estas monjas. Para ilustrarla exponen, por ejemplo, dos cuadros de San Francisco del siglo XVII -uno de la basílica de Santa María y otro del MAHE-, o una imagen de Santa Clara del siglo XX, cedida por las Clarisas. «Al descolgar una de estas pinturas de San Francisco nos hemos dado cuenta de que estaba firmada por el artista Juan Bustamante. Hasta la fecha creíamos que era anónima», dice el archivero.

Joan Castaño indica que en el segundo tramo, dedicado a la fundación de la orden en Elche, se muestra un pergamino del1516 sobre la compra del Ayuntamiento de la Casa de la Jabonería que había en la actual plaza de la Glorieta para que constituyeran allí su primer convento, el de la Encarnación.

El resto de bloques abordan otras etapas como el esplendor de esta comunidad en los siglos XVII y XVIII o las crisis que padecieron tanto a nivel económico, que las llevó a potenciar la artesanía, como de emplazamientos.

En 1853, tras una inundación, tuvieron que ser trasladadas al convento de la Merced que, en 1936, fue quemado y posteriormente reconstruido. Todos estos momentos cruciales en la historia de las Clarisas se recogen a través de diversos documentos, como los planos de Antonio Serrano Peral de la reparación del edificio de la Merced tras la guerra civil. O un dibujo de Aureliano Ibarra (hermano de Pedro Ibarra) del primer monasterio, la única representación gráfica que queda de la fachada. Junto a Castaño, comisaría la exposición la documentalista municipal de Elche, Anna Álvarez.