Emplazado en un lugar estratégico, donde es testigo de innumerables historias y de los acontecimientos del año, se alza uno de los árboles más queridos de Elche. Un ejemplar que ahora es candidato español a convertirse en Árbol Europeo 2017.

El chopo ilicitano ocupa un lugar destacado en la memoria de los ilicitanos, hasta el punto de copar las portadas de los diarios en las últimas décadas. Y, precisamente, el también conocido como Álamo del Éufrates Pollancre d'Elx opta al reconocimiento internacional por su conexión con las personas.

Pero, ¿cómo llegó esta especie hasta la Glorieta? Su ubicación no ha sido fruto de la casualidad. Procede de una arboleda centenaria de la Acequia Mayor del Pantano, del lugar desde donde salió el primer chopo ilicitano que se plantó en el casco urbano, concretamente en el Parque Municipal. «Enamorados de las tradiciones de Elche y del Pantano, como fueron Vicente Sánchez y Pepe Payá, sugirieron llevar el chopo a la ciudad para tenerlo más cerca y para evitar que se perdiera con el paso del tiempo», recuerda Elías López, exconcejal del Ayuntamiento, que precisamente ordenó que se colocara el árbol en su actual escenario.

Y así lo hizo. En el año 1995, cuando entonces todavía era un «hijuelo», y aprovechando la última reforma de la céntrica plaza, dejaba atrás el paisaje rural que le vio nacer para crecer en el entorno más concurrido del término municipal. Desde entonces, sus hojas dan sombra a la escultura de la Dama de Elche, situada en el epicentro de la Glorieta. «Esta especie ha sido acogida con mucho cariño, por criarse de manera curiosa en Elche, ya que procede de tierras africanas y asiáticas», apuntó Payá.

Pero su valor también tiene mucho que ver con el primer chopo que se logró reproducir con éxito en la ciudad y que hasta este año ha ocupado un lugar privilegiado en el Parque Municipal, desde 1985. Ambos fueron sacados del mismo sitio, pero la diferencia es que el que fue plantado hace más de tres décadas en el corazón del Palmeral ha sido talado este año.

Un hongo ha sido el causante de la muerte de ese frondoso árbol de gran valor histórico y sentimental, ya que el ceremonial que se organizó durante su plantación en el parque fue todo un acontecimiento para los ilicitanos, tal y como recogieron las páginas de este diario aquel 22 de marzo de 1985. Y es que la particularidad de esta especie llega tan lejos que hasta los expertos en botánica relacionan sus orígenes a tiempos inmemoriales, en la antigua Mesopotamia.

Distinción internacional

El concurso, al que el chopo ilicitano de la Glorieta opta a ser Árbol Europeo, está organizado por Bosques sin Fronteras y diferentes asociaciones, y busca destacar los interesantes árboles viejos como un importante patrimonio natural y cultural a apreciar y proteger. Para conseguir llevar el ejemplar hasta las esferas europeas, será necesario depositar el voto en la web: www.aboleuropeo.es.

Desde Medio Ambiente indicaron que el interés científico de esta especie se debe a su rareza botánica, que sólo se conoce antiguamente naturalizada en las poblaciones de Elche y Abanilla, con similares características edafoclimáticas y vegetales. En este sentido, también comparte importantes asentamientos de la época de dominación árabe y los palmerales heredados con su cultura de oasis asociada y sistema de riego y tradiciones.