El gran protagonista durante el debate sobre la revisión de las ordenanzas fiscales que se celebró ayer en el Ayuntamiento de Elche fue el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI). El tripartito consiguió congelar el impuesto para el próximo año gracias a la abstención de Ciudadanos. La formación naranja defendió durante el pleno la postura de mantener la congelación, como proponía el equipo de gobierno, pero, finalmente, decidió abstenerse. Los más críticos fueron Partido Popular e Ilicitanos por Elche, que, a través de dos enmiendas, propusieron rebajar el IBI para el próximo año en un 7%, para volver a los niveles de 2012. Ni el Gobierno ni Ciudadanos consideraron apropiado renunciar a más de tres millones de recaudación municipal, y apostaron por mantener las ayudas a familias con pocos recursos.

La concejal de Hacienda, Ana Arabid, aseguró que bajar la recaudación también obligaría al Ayuntamiento a reducir sus gastos en la misma proporción, y advirtió que «hay que empezar a pagar los intereses del préstamo de pago a proveedores».

Por otra parte, tanto el edil de Ilicitanos por Elche Fernando Durá, como el del PP Vicente Granero, aseguraron que en 2017 el Ayuntamiento no contará con gastos como el de la Xarxa Llibres o la paga extra de los funcionarios de 2012, por lo que puede bajar la previsión de ingresos.

La portavoz de Compromís, Mireia Mollà, vino a decir que es mejor aumentar las ayudas al pago del IBI a familias con pocos recursos que aprobar una rebaja de entre 10 y 20 euros para todas sin tener en cuenta sus recursos.

David Caballero, de Ciudadanos, destacó que el aumento de las ayudas responde a una petición de su grupo, mientras que el edil del Partido de Elche, Jesús Pareja, aseguró que se contemplará una bajada del IBI cuando se cuente con el estudio sobre la viabilidad de mantener la gestión de Suma. J. A. M.