«El año pasado temí por mi vida», afirmó ayer a este diario el propietario de una carnicería en la calle Almórida mientras recordaba lo mal que lo pasó cuando bajaba con sus hijos por dicha vía, en la tarde de Halloween, y tuvo que atravesar la horda de centenares de adolescentes disfrazados que se habían concentrado allí para llevar a cabo una auténtica batalla campal de huevos, harina y sprays de espuma y serpentinas. «Estos chicos no se lo pensaban dos veces. Todos podíamos ser objeto de recibir el impacto de un huevo en la cara. Los coches que circulaban también. Además, los escaparates nos los dejan hechos un auténtico asco. Yo iba con mis nenes pequeños, uno con carrito, y, la verdad, yo creía que me mataban», reseñaba este comerciante, que ya ha experimentado, durante dos años, lo que parece que se ha convertido en una tradición entre parte de la muchachada ilicitana, ligada a cómo se ha asumido en España la norteamericana festividad de Halloween.

Este carnicero y otros establecimientos y vecinos de la zona, hartos de que «el Ayuntamiento no haya movido un dedo», han decidido enviarle un escrito al alcalde, apoyado por 234 firmas, solicitándole medidas para que esta conducta «vandálica y carente de respeto» no se vuelva a repetir.

Una de las impulsoras de la iniciativa ha sido la estanquera María José del Castillo, que todavía tiene restos de serpentina del año pasado en su fachada. «Es que al final esto no tiene nada que ver con Halloween. Allí los niños van con una bolsita y diciendo lo de "truco o trato" para que les des caramelos. Pero es que en Elche la hemos adaptado de la peor manera», explicaba esta comerciante.

En Estados Unidos, en Halloween, también se registran acciones, no demasiado éticas, como tirar huevos a domicilios y decorar árboles con papel higiénico. «Que se vayan al recinto que se ha adecuado en el Hort del Monjo para las carretillas, pero que nos dejen en paz a los que nos ganamos la vida en esta calle», reseñaba Del Castillo, que desde su negocio, con este documento, están abogando por un Halloween «con mejor trato», jugando con los términos que rodean a esta fiesta.

Esta guerra adolescente, según los comerciantes, se basa en lo siguiente: centenares de chavales, entre 12 y 16 años, a partir de las 19.30 horas, toman la calle Almórida y sus alrededores y se lían a huevazos y a esparcir harina como si estuvieran en la fiesta de Els Enfarinats de Alcoi. Con total independencia de los daños colaterales: viandantes, coches, mobiliario urbano, escaparates... Al parecer, eso lo hace más divertido. «Incluso ensucian el interior de los negocios , ya que algunos los usan como trinchera para protegerse de los ataques del resto y, los niñas, para quitarse la harina del pelo en los aseos», precisaba la estanquera.

Un dependienta de la tienda de moda D&D, también ubicada en esta vía, tuvo que bajar antes de tiempo la persiana hace un año al ver la que se le venía encima. «En 2015 cayó en sábado y yo era de las pocas que continuaba con el negocio abierto. Tuvimos que atender a una niña a la que le había entrado spray en los ojos y llamar a sus padres para que la llevaran a un centro sanitario, ya que los tenía totalmente rojos. Aún así, un montón de jovencitos seguían apostados en la puerta queriéndonos tirar más cosas. Para ellos es un juego, pero que no saben controlar», detallaba esta trabajadora, que también espera que el Consistorio haga algo.

Los accidentes físicos, al parecer, no solo los padecen los contendientes. «Una señora, justo en la puerta de mi estanco, se rompió el año pasado un hueso del pie al resbalarse con la espuma de los sprays», manifestó la estanquera.

El equipo de gobierno de Elche, consultado por este asuntó, afirmó que ya está trabajando para evitar que no se repita «la absurda batalla de huevos y harina que en los últimos años se ha puesto de moda».

En este sentido, el concejal de Seguridad, José Pérez, anunció que la Policía Local y la Policía Nacional se han puesto en contacto para reforzar la presencia policial en el centro de Elche la tarde noche del 31 de octubre. Por su parte, desde la Concejalía de Limpieza y Urbaser se va a reforzar el dispositivo de limpieza para el día 1 de noviembre.

Todas estas medidas se están concretando, aunque desde el Ayuntamiento «se hace un año más una llamada al civismo para que los jóvenes no repitan este tipo de comportamientos», reseñaron.

Vender o no vender

El carnicero asustado también reconoció ayer que, en los últimos años, le ha vendido algún que otro huevo a estos «guerrilleros del Halloween». «Claro, si te viene un niño de 12 años por la mañana y te pide media docena, ¿tú cómo vas a saber que es para tirarlo sobre tu fachada?» , planteaba. El propietario de la tienda asiática de Almórida, en la que en Halloween se han llegado a hacer colas para comprar sprays, declaró que «yo también he firmado porque no me parece bien que ensucien así la calle». Lo de los «sprays», según él, se limpia antes y no da tanto problema. Ya se sabe, los misterios de Halloween.