Las lluvias no han dado tregua a Elche y después de varios días con «conatos» de precipitaciones, prácticamente insignificantes para los pluviómetros, la tormenta de ayer fue bienvenida para el campo en general, aunque peligrosa para la granada. Y es que, aunque no fue desmesurada, desde el mes de mayo no se registraba una borrasca así.

Las estaciones meteorológicas del campo contabilizaron entre 20 y 24 litros por metro cuadrado, y en la ciudad se registraron alrededor de 9 litros. Unas cantidades que para los agricultores fue recibida con los brazos abiertos porque consiguió refrescar la mayoría de hortalizas de invierno ahora plantadas, así como a los cítricos. Sin embargo, la preocupación de los trabajadores del campo también se hizo notar, ya que Elche afronta la última semana de recogida de granada y en estos momentos las lluvias dificultan el proceso de recolección.

En esta línea, desde la Asociación de Jóvenes Agricultores, su presidente, Pedro Valero, lamentó que «estamos en pleno proceso de maduración y si mañana -por hoy- nos encontramos con el suelo encharcado se ralentizará la recogida». Ante ello, los productores de granada temen que la campaña pueda verse amenazada en su fase final si la fruta no se quita del árbol a tiempo.

Así, la tormenta más intensa sorprendió a los ilicitanos durante poco tiempo y ni la cantidad, ni la intensidad de lluvia, fueron desmedidas, según el geógrafo ilicitano, Vicente Bordonado. El chaparrón, que cayó de manera intensa pasadas las cinco de la tarde y que apenas duró una hora, fue perdiendo intensidad a medida que avanzaba la jornada hasta reducirse por completo.

En este sentido, ninguna zona del término municipal llegó a sufrir ninguna granizada, pese al temor inicial de muchos vecinos ante la inestabilidad atmosférica. Con ello, ni los bomberos del área operativa del Baix Vinalopó, ni los demás servicios de emergencia tampoco registraron ninguna incidencia por las lluvias.

Conforme avanzó la tarde, en torno a las 19 horas, las precipitaciones fueron desapareciendo y los paraguas cerrándose hasta nuevo aviso. Y es que la llegada a la provincia de un embolsamiento de aire helado en altura va a provocar una semana de lluvias generalizadas, aunque no muy fuertes, a partir de hoy en toda la provincia, algo que, según la previsión de la Agencia Estatal de Meteorología, se prolongará hasta el sábado, cuando tenderá a remitir.

Los expertos descartaron una situación de gota fría, pese a que se han producido tormentas fuertes puntuales como las que cayeron la semana pasada en Alicante, Orihuela y Elche dejando registros medios de diez litros por metro cuadrado. De esta manera, el municipio ilicitano y el resto de localidades del territorio alicantino han roto su larga racha de sequía. No obstante, la alarma por la falta de agua todavía no se ha apagado, ante un déficit de lluvias del 50% en la provincia.

Durante el mes de octubre, los pluviómetros del centro de Elche tienen registrados 25 litros de agua por metro cuadrado, mientras que en lo que va de año se han alcanzado los 100 litros.