Un nuevo carril bici que recuerda a grandes ciudades europeas más avanzadas en la movilidad ciclista como Bilbao o Ámsterdam, pero adaptado a una pequeña ciudad como Elche. El Ayuntamiento ha dado luz verde al rediseño del principal punto negro del circuito del transporte público con matices similares a estas urbes cosmopolitas. La avenida Alcalde Vicente Quiles, una de las más transitadas de la localidad, al ser el lugar de paso de estudiantes de instituto y universitarios, es el área donde el tripartito ha puesto la lupa.

El tramo comprendido entre el puente del Ferrocarril y la Estación de Autobuses ya tiene aprobado un proyecto de mejora que necesitará una inversión de más de 200.000 euros. Ante esta elevada cifra, el Consistorio ha pedido una subvención a la Diputación para ver si se pueden costear las obras con ayudas públicas o, finalmente, el dinero tendrá que salir de las arcas municipales.

Con ello, en caso de que se aprobaran las ayudas públicas, el Ejecutivo local estima que la remodelación podría comenzar a principios de año.

Y es que, pese a que la distancia de este intervalo del carril bici no es muy larga, las obras que entraña el proyecto se prolongarían durante seis meses, ya que afectarían a los dos sentidos de circulación.

Así, la apuesta por el uso de la calzada es el principal eje que centra este nuevo proyecto. De hecho, el plan contempla la creación de carriles segregados o específicos en la carretera, debidamente señalizados y protegidos, así como el aprovechamiento de las vías de servicio de Renfe y la Estación de Autobuses en el tramo que va en dirección a Altabix.

Mientras que el carril que avanza en sentido contrario, en la zona más próxima a la Universidad Miguel Hernández también se seguirá el modelo de usar la calzada con un espacio diferenciado del tráfico.

No en vano, una de las medidas más llamativas es que se aprovechará parte del aparcamiento del campus universitario para el trazado del nuevo circuito ciclista.

Ante ello, la creación de zonas exclusivas para el paso de la bicicleta traerá consigo consecuencias como la reducción de las aceras, en las zonas que sean más anchas, y en otros tamos habrá que reducir mínimamente el carril, cumpliendo con las medidas que marca la Ley de Tráfico, según garantizó la concejal de Movilidad, Esther Díez.

Enganchones diarios

La zona donde se actuará se caracteriza, precisamente, por ser un lugar conflictivo entre ciclistas y peatones. Los encontronazos entre los que van a pie y los que usan este transporte no contaminante se producen casi a diario, por lo que el Consistorio ha decidido priorizar la intervención en esta área de la ciudad. «El razonamiento es que, si se quiere fomentar la Movilidad Sostenible, lo que no tiene sentido es quitarle espacio al peatón. Lo ideal es que el carril bici se lleve a la calzada para que compita con el turismo o con las motos», reconoció Díez. De cara al futuro, en la siguiente intervención sí que se tendrán en cuenta otras zonas como el puente del Ferrocarril.

El objetivo es que en las próximas mesas de Movilidad hacer un plan de cuál sería el carril ideal para la ciudad.