El parking del edificio de la Torreblanca del campus ilicitano de la Universidad Miguel Hernández (UMH), a partir del mediodía, era un auténtico hervidero de grupos de jovenzuelos con camisetas customizadas según curso y carrera, al más puro estilo de hermandad norteamericana, y con bolsas del supermercado con alguna que otra botellita de alcohol.

Justo en la puerta del recinto de la Fiesta de Bienvenida de la UMH, se realizaban los denominados «trasvases» de todo tipo de combinaciones alcohólicas (ginebra, ron, whisky, cervezas, vino) a envases de plástico, puesto que la organización solo permitía introducir bebida en este formato. Su consumo derivó en que los dispositivos sanitarios que allí se instalaron atendieran un total de 40 intoxicaciones etílicas, «aunque no tuvimos que derivar ninguna al hospital por no ser graves», precisaron.

El vicerrector de Estudiantes y Deportes, Francis Moreno, dejó claro que esta fiesta es mucho más que un «botellón» controlado. «Les ofrecemos música y actividades en las que ellos mismos se puedan implicar como karaoke, gymkanas y bailes dirigidos», indicó el vicerrector del área que se encarga de la coordinación de este macroevento, a la vez que reseñó que «potenciamos que ese consumo de alcohol se realice de forma responsable y con cierto compromiso medioambiental a la hora de reciclar los envases. Asimismo, les recomendamos que vengan andando o en transporte público por si beben».

Otro de los aspectos que más cuidaron ayer fue el de la seguridad. Los estudiantes pasaban controles con pulseras en los que quedaban registrado su DNI, para tenerlos identificados y asegurar que eran mayores de edad. También se había ampliado el recinto y colocado una doble valla anti-avalanchas. Asimismo, dispusieron un hospital de campaña para atender incidencias. De hecho, a pesar de los esfuerzos de concienciación, se realizaron unas 75 atenciones, de las que más de 40 eran por intoxicaciones etílicas, según la organización.

El espectáculo en el escenario comenzó con una serie de actos de dinamización deportiva. No tardaron en ponerse manos a la obra los diferentes dj's que había programado Babalúgroup, empresa organizadora, que este año eran: Álex Selas, Santy Mataix, Emdiv, Félix Olivares y Space Elephants. «La generación de universitarios actual escucha de todo gracias a Internet. Les vamos a poner un poco de latino, indie, electrónica y algo de rock en valenciano, que cada vez lo piden más. A las 20 horas, cuando acabe esto, no creo que tengan ganas de más fiesta porque los vamos a dejar reventados», explicaba el pinchadiscos Santy Mataix, en un impás entre tema y tema.

Un par de estudiantes Erasmus, recién llegadas a España, miraban alucinadas, desde el stand de Relaciones Internacionales, cómo se lo pasaban sus nuevos compañeros de aula tirando polvos de colores por el aire y haciéndose selfies copa en mano a la una del mediodía. Un año más la creatividad de estos universitarios volvió a hacerse patente en las camisetas de colores con las que se identificaba cada grupo. Uno de los iconos del que más tiraron fue el del narcotraficante colombiano Pablo Escobar, que ha vuelto a cosechar fama por la serie «Narcos». «Pablo Escobar es mi patrón y yo me amparo en su constitución» rezaba la de unos alumnos de tercero de Derecho. Otros mensajes eran algo más irreverentes como «Bailo como el culo pero pincho que te cagas». Literatura pura, pensaría Miguel Hernández.