El Camp d'Elx ha conseguido ganarse un hueco entre los ilicitanos tras una nueva edición de la Fireta que ha echado raíces en la ciudad. El escaparate de los productos agrarios que atesoran las diferentes partidas rurales del término municipal concluyó ayer después de tres días intensos de actividades y de expositores.

Entre concursos de carácter muy autóctono y distinciones a aquellos con mucho que decir en el campo de Elche, cerraba sus puertas una cita, que este año parece haber tenido más afluencia de visitas, según adelantaron desde el Ayuntamiento.

La jornada de ayer tuvo como protagonista al agricultor de La Hoya Pascual Antón Esclapez. A sus 92 años, fue distinguido con el premio Antonio Valero, que organiza la Comunidad de Labradores y Ganaderos, por toda una vida dedicada al campo. El premiado nació en la pedanía ilicitana en 1924 y pasó la mayor parte de sus días entre los cultivos de alcachofas y cáñamo.

Tras dar las gracias por el galardón, entregado por Pascual Urbán, presidente de la entidad organizadora, Antón se acordó de la infinidad de trabajadores que se han dedicado a este oficio. «Hay mucha gente en el campo como yo, pero tengo la suerte de que me lo han dado a mí. Yo no soy más que ninguno, soy un labrador como lo es la mayoría de la gente del Camp d'Elx», señaló. Rodeado de su familia, el agricultor mostró su buen estado de salud y recogió la placa conmemorativa de la Fireta.

Las granadas y los dátiles tampoco faltaron a la cita. Durante buena parte de la mañana, decenas de ilicitanos mostraron toda su destreza en el concurso de «Mejor granada pelada al estilo tradicional», que concede la Asociación de Cultivadores y Productores de Granada. Asunción Díaz consiguió conquistar al jurado, encargado de valorar el estado del fruto después de que los concursantes lo abrieran y lo dejaran listo para comer. Tres minutos fue el tiempo máximo que tuvieron los participantes para enseñar todo su arte.

También hubo hueco para el certamen «Granada mollar ideal», que organiza la Unió de Llauradors i Ramaders para premiar la mejor imagen exterior de la fruta. En esta ocasión, el galardón fue para Pascual Serrano, presidente de la Asociación para el desarrollo del Camp d'Elx (ADR).

Asimismo, el sábado se entregó el reconocimiento al «Mejor dátil», organizado por la Comunidad de Labradores y Ganaderos y Nuevos Riegos El Progreso, que se lo llevó Datelx y fue recogido por Antonia Espinosa.

Con todo ello la Fireta ponía el broche de oro a un fin de semana diferente en Traspalacio y el Paseo de la Estación. Talleres como el de sembrado, palma blanca, ganchillo, junto a las exhibiciones de bolillos, subida a la palmera y envasado de oliva fueron algunas de las actividades programadas para esta ocasión.

Aplausos y críticas

Desde el equipo de Gobierno coincidieron en el éxito de esta nueva edición. «El aumento del presupuesto ha dado sus frutos y, sin tener todavía los datos definitivos, se puede decir que supera el número de visitantes registrado otros años», apuntó Héctor Díez, concejal de Promoción Económica. Mientras, el edil de Medio Ambiente, Antonio García, mostró su intención de «ir más allá para hacer que sea la feria agrícola de referencia en la provincia». Paralelamente, también hubo críticas de otros sectores, como Podemos que denunció la presencia de animales «en pésimas condiciones al estar en habitáculos reducidos». Desde la agrupación reclamaron una ordenanza para que no se utilicen animales en espectáculos, fiestas y otros actos.