«Efectivamente se puede concluir de manera provisional que el citado Ramón Salvador Águeda habría agasajado con posibles regalos en forma de objetos y actividades lúdicas a los principales responsables administrativos que tramitaban las actuaciones urbanísticas en Murcia». Así de contundente se muestra el titular del Juzgado de Instrucción número 8 de Murcia, David Castillejos, en su último auto, en el que se apoya en los datos aportados por la Fiscalía de la Audiencia Nacional. Y, con esa misma contundencia, el magistrado imputa -el auto habla literalmente de «imputación»- al empresario ilicitano, al exgerente de Urbanismo de Murcia Alberto Guerra, y al que fuera el alcalde de la capital murciana durante 20 años, Miguel Ángel Cámara. Los tres deberán declarar en calidad de investigados en noviembre, por un presunto delito de cohecho ligado a prevaricación.

El auto, del jueves, se centra en una nueva pieza separada del caso Umbra, una presunta trama de corrupción urbanística en Murcia en la que también se ha visto salpicado el presidente del Elche CF, Diego García, y el que fuera su socio de despacho en la época del boom urbanístico, Vicente Cardona Cerdá, en su caso por la venta de unos terrenos de los suegros del exalcalde de Murcia, con unas plusvalías, en opinión del juez, muy elevadas.

Sea como sea, en esta nueva pieza separada en la que se cita a declarar a Ramón Salvador, lo que se investigan son esos posibles regalos a cambio de favores urbanísticos y, en particular, un viaje a Turquía en un jet privado de lujo fletado por el promotor, en el que estuvieron el exregidor murciano y su esposa, junto a otras personas, en julio de 2008, sólo dos meses antes de que el pleno aprobara definitivamente un plan parcial en Cabezo de Torres que favorecía al ilicitano y a su empresa -Residencial Mirallevant-, tal y como se desprende también del informe que el fiscal remitió al juzgado en mayo de este mismo año.

En concreto, en su resolución, el juez detalla que Cámara, junto a su esposa, recibió como «posible regalo» un viaje de varios días a Turquía en un jet privado de lujo con un precio estimado de 7.500 euros por pasajero -en total, viajaron diez personas, según la Fiscalía-, y alerta de que Ramón Salvador viajó con ellos, aunque, tras la estancia en Estambul, se separaron en Palma de Mallorca. No sólo eso. El magistrado llama la atención sobre el hecho de que la aprobación provisional del plan parcial en la zona norte de Murcia en junta de gobierno se produjo en octubre de 2007, el informe técnico favorable se emitió en septiembre de 2008, y el visto bueno final en el pleno llegó en septiembre de 2008. De por medio, se produjo ese viaje, aunque en su declaración ante el juez en junio de 2012 el exalcalde negara contactos con empresarios y, directamente, guardara silencio sobre esa estancia en Turquía.

Ante ello, en este nuevo auto, el instructor del caso Umbra no puede ser más tajante: «El viaje se produjo escasos años antes de esa declaración, de manera que no puede decirse que la distancia temporal lo hubiera disipado en su memoria», destaca. Ahora bien, va más allá con un claro tono de reproche: «Desde luego un ciudadano o funcionario normal recordaría las veces que ha viajado en jet de lujo a razón de 7.500 euros el billete», sentencia.

Más allá del viaje en cuestión, el juez también desliza la posible contratación del cuñado del exalcalde, Gerardo Meroño, como arquitecto de la sociedad de Ramón Salvador, con pagos que alcanzaron los 67.000 euros entre los años 2008 y 2009.

No obstante, esos regalos de los que se hablan en el auto no se circunscriben sólo al viaje de Cámara a Estambul. El magistrado habla, entre los agasajos, de tres relojes de lujo y un fin de semana en el famoso yate Illicitanus del promotor, en Denia, y a finales de 2004, para el exedil de Urbanismo murciano Fernando Berberena; así como de viajes para cacerías en España y África para el exgerente de Urbanismo Alberto Guerra, pese a actuar en los trámites administrativos que afectaban al promotor y a su sociedad Residencial Mirallevant.