La discapacidad está en los ojos del otro. Es una de las principales conclusiones que ha sacado la ilicitana Cristina Alcázar tras rodar el documental «Piensa, observa y respira», con el que ayer se inauguró el Festival de Cine de Madrid (FCM) y en el que retrata, durante varios años, la preparación de un musical, «Cada camino», cuyo reparto lo integran actores profesionales y discapacitados mentales.

«Quería, de alguna manera, descubrir hasta dónde llega esa discapacidad que les diagnostican. Y, la verdad, es que es mucho menor de lo que se cree. Está claro que les puede costar más llegar a cierto punto pero, una vez que lo alcanzan, no lo sueltan y son más constantes y mecánicos que otros artistas. Sobre todo, si hay que destacar algo de todos ellos, es la pureza que tienen como personas, que ya nos gustaría a muchos», detalla la actriz, dramaturga y ahora también directora ilicitana, conocida por sus innumerables papeles en cine, televisión y teatro. De hecho, vive un momento de estrenos, puesto que el de ayer lo sumaba a la «première» en el Festival de Sitges de «La sexta alumna», que grabó a las órdenes de Benja de la Rosa.

Pero la puesta de largo de anoche tenía varias connotaciones especiales. Por un lado, porque sucediera en un espacio tan mágico para los amantes de la cultura como la Sala Berlanga del Círculo de Bellas Artes. Por otro, porque culminaba un «viaje» que surgió gracias al buen entendimiento entre la asociación Alpha, orientada a personas discapacitadas; la Escuela Superior de Arte Dramático de Murcia (Esad) y la propia Cristina Alcázar. «Yo era la madrina de esta asociación, que tiene sede en Lorquí y en Ceutí. Lo único que hacía era acudir a sus actos a hacerme la foto y decidí implicarme más. Hablé con Javier, su director, y le comenté la idea de hacer un musical en el que mezcláramos a actores discapacitados y profesionales. De directora, rápidamente pensé en la también ilicitana Silvia Montesinos, de la Esad, que tomó la batuta junto a José Ángel Silva», manifiesta Cristina Alcázar.

El rodaje arrancó en noviembre de 2012, con los primeros ensayos, y culminó con el estreno del montaje, el pasado 1 de mayo de 2014 en el Teatro Circo de Murcia.

«Hemos vivido con ellos momentos mágicos, como cuando instantes previos al estreno, Gouda, una de las actrices con discapacidad, se puso a sonreír. José Luis le pregunto qué le pasaba y ella simplemente respondió que nada, que sólo se había dado cuenta de lo mucho que le gusta el teatro. Y lo decía en una situación en la que, por norma general, el resto de actores solemos estar nerviosísimos. No sé, esa pureza que transmite toda esta gente te hace recordar la razón o los sentimientos por los que te metiste en esto del a interpretación», indica la ilicitana.

Para este documental consiguieron 7.000 euros a través de una campaña de «crowfunding». Su montaje se ha demorado porque necesitaban recaudar por Internet los apoyos necesarios. Cristina Alcázar entiende que llegar hasta este festival es un éxito para poder compartirlo con todos esos inversores que han creído en su proyecto, a través de Internet. «Es un regalo a una ilusión», sentencia.