Cierre de filas para salvar no sólo el Museo Escolar de Pusol, sino todo el proyecto -incluido el educativo- que lleva aparejado el centro... Para salvar el proyecto y para garantizar su supervivencia. Esos son los objetivos que se han marcado empresarios, profesionales liberales y algún que otro ciudadano a título individual. Para ello, este grupo de personas, que parece que ya supera la treintena, se ha comprometido a hacer una aportación inicial de 1.000 euros como mínimo. Con este paso, lo que buscan es rescatar el Museo de Pusol, que, en estos momentos, se encuentra en la más absoluta asfixia económica, hasta el punto de haber tenido que despedir a parte de su plantilla y hasta el extremo de haber amagado con el cierre. Y todo ello pese a estar en el Registro de Prácticas Ejemplares del Comité para la Salvaguarda del Patrimonio Inmaterial de la Unesco. La propuesta se encuentra bastante avanzada, y, salvo imprevistos de última hora, sólo está a expensas de que se cierren los últimos flecos. Está a falta de eso y a falta de combatir las últimas resistencias de alguna de las partes -en particular institucionales- que deberían entrar en esta operación. Tanto es así que incluso el director general de Grupo Antón Comunicación, José Antón Puntes, tiene ya todas las papeletas para hacerse con las riendas y asumir el cargo de presidente ejecutivo del proyecto, según se comenta desde hace días en determinados círculos empresariales.

La propuesta, que ya se ha presentado a parte de los agentes implicados en esta operación, cuenta con el plácet de casi todos -aunque falta el casi-, y también ha sido visto con buenos ojos por la mayoría de partidos con representación municipal ante los que se ha presentado la hoja de ruta.

La intención es que todo el plan que se ha venido esbozando en las últimas semanas se ponga en marcha de forma inminente, una vez que se dé carpetazo a los aspectos que quedan pendientes y se formalice el acuerdo formalmente. A partir de ahí, lo que se pretende es empezar con los trámites para constituir una fundación que amarre la continuidad del proyecto de Pusol. Es verdad que, al principio, cuando salió a la luz el negro panorama que se cernía sobre el centro, el Ayuntamiento de Elche planteó crear un consorcio -fuera utilizando la fórmula de la fundación, fuera utilizando otra-, dando entrada a otras instituciones como la Universidad Miguel Hernández (UMH) o la Diputación. Sin embargo, no acabó de cuajar. Hubo incluso alguna reunión, pero nada. No todos estaban por la labor de hacer aportaciones contantes y sonantes. Ahora se vuelve a rescatar la figura de la fundación, pero con un matiz: una fundación en la que se integren las instituciones, no sólo de Elche, sino también de la provincia y de fuera de ella, pero liderada por la sociedad civil. También se quiere tender la mano a las universidades, y no sólo a la UMH, al resto de campus que hay en Elche -CEU y Uned-, en Alicante -UA-, e incluso a otras instituciones de fuera siempre y cuando estén dispuestas a integrarse en el proyecto. Algunas de estas entidades parece que han dado luz verde a esta colaboración.

Sea como sea, y, mientras la fundación queda legalmente constituida, si el proyecto no se frustra, se podría seguir funcionando con la Asociación Amigos del Museo Escolar de Pusol.

Las cuentas iniciales que se hicieron se focalizaban en llegar a las 30 aportaciones de 1.000 euros, para empezar a funcionar y tramitar la fundación. Ahora bien, una vez que aseguran desde el entorno de los promotores que ese primer paso está cumplido, el siguiente es seguir sumando a más gente y también a instituciones, para, poco a poco, ir normalizando la situación del centro.

En este sentido, y por lo que respecta al personal despedido precisamente por la falta de ingresos, lo que se quiere es impulsar un plan para que se vayan reincorporando los empleados en la medida en la que vayan consiguiendo aportaciones económicas.

Por otro lado, si bien es verdad que José Antón Puntes será casi con toda probabilidad el presidente ejecutivo, eso no supondrá la salida definitiva de Fernando García, fundador y alma máter del proyecto, y director del museo en estos momentos. O no se quiere eso. Por el contrario, lo que han puesto encima de la mesa los promotores de este plan de rescate es que Fernando García continúe vinculado a la obra a la que ha ido dando forma en las últimas décadas, hasta llegar a convertirse en el Museo de Pusol que hoy por hoy todos conocemos.