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Las demandas por despidos repuntan por primera vez tras seis años de caída

Los sindicatos achacan la bajada de la litigiosidad que se inició en 2009 a una ficticia mejora económica causada por la reforma laboral

Los juzgados de lo Social de Elche llevaban años experimentando un descenso progresivo en el número de demandas registradas por despido, hasta que en 2015 la tendencia se invirtió y por primera vez en seis años ha crecido la litigiosidad en este aspecto. En el pasado ejercicio la Ciudad de la Justicia de Elche ingresó 1.235 demandas relacionadas con despidos, un tímido 4% más que el año anterior, pero aún muy por encima de lo que era una constante antes de la crisis económica, puesto que supone un 46% más de demandas de las que se presentaban hace una década, en 2006. Fue en 2009 cuando las cifras tocaron techo y desde entonces no habían parado de bajar hasta ahora, un hito que los sindicatos relacionan rápidamente y de forma directa con la reforma laboral, que según su diagnóstico facilitó el despido y fomentó que las nuevas contrataciones revistieran más temporalidad y precariedad.

Tanto es así que en 2009 se registró lo que vendría a ser el récord de litigios en lo que a despidos se refiere con casi 2.500 procesos judiciales por este motivo. Esa avalancha de demandas produjo, a la luz de los datos (recogidos en la tabla anexa), que se incrementara considerablemente el número de asuntos que no da tiempo a resolver en el año natural y que se van acumulando de un año a otro, llegando al punto de que al cierre de 2013 quedaran más de mil conflictos por despidos pendientes de resolución judicial. No han llegado los juzgados a recuperar la normalidad, y pese a que cada año dan salida a más de un millar de asuntos de este calado, 2015 se cerró con 678 conflictos por despidos a los que no se había dado resolución definitiva.

Martín Carpena, representante de Comisiones Obreras, reivindica con los datos en la mano que se refuerce el personal de los órganos judiciales de Elche para que las demandas por despido se resuelvan lo antes posible y los trabajadores que se quedan en la calle alegando que no se han cumplido las formalidades legales tengan una solución rápida, puesto que «se están dando casos en los que hay que esperar un año para tener una sentencia». En cuanto al descenso de las demandas, el sindicalista de CC OO entiende que «en los años de inicio de la crisis, aprovechando la coyuntura con la entrada en vigor de la reforma laboral se aceleraron las decisiones de extinciones y las contrataciones temporales con fecha de fin y en condiciones más precarias que han aumentado el movimiento de altas y entradas en la Seguridad Social, lo que es un factor determinante a la hora de facilitar interrumpir las relaciones laborales porque no hay más contratación fija». Es decir, que si la litigiosidad en despidos ha caído en los últimos años no evidencia tanto una estabilización del mercado laboral sino más bien lo contrario.

En ese contexto, la subida del pasado año, para los servicios jurídicos de CC OO, tiene sentido al considerar que en ese marco de precarización de los contratos cada vez más trabajadores se han encontrado con contratos a tiempo parcial y realidades de trabajo a tiempo completo, y con despidos que a la sazón no se ajustaban a las condiciones en las que se ha trabajado durante el contrato. De ahí que cuando se acaba la relación laboral muchos de los despidos acaben discutiéndose en los juzgados. «Los datos -concluye Martín Carpena- vienen a enmascarar una situación de precariedad».

«Puntos negros»

El secretario comarcal de UGT en Muntanya-Vinalopó-Vega Baja, Ismael Senent, valora, por su parte, que «la creación de empleo que está registrando España en los últimos tiempos tiene muchos puntos negros, precariedad, temporalidad y bajadas brutales de salarios». Con el contexto actual de Gobierno provisional y la incertidumbre política de los últimos años, UGT aprecia que hay grandes empresas y empresarios que han recurrido a expedientes de regulación de empleo o despidos por cierto temor a que haya pronto cambios legislativos que endurezcan los trámites o las indemnizaciones.

Esa especie de despido anticipado por lo que pudiera venir en el plano político y legislativo justificaría en cierta manera el repunte de las demandas presentadas por trabajadores despedidos: «Nos consta y conocemos empresas que han acelerado EREs ante las posibilidades de un cambio de Gobierno por si las condiciones legales cambian», afirma Senent. Por otro lado, la caída que se ha venido registrando desde 2009 podría responder, según su lectura, a que poco a poco han ido quedando menos trabajadores con contratos fijos que pudieran ser despedidos.

Por tanto, la litigiosidad habría bajado no tanto como una evidencia de recuperación, sino de que «el mercado laboral se ha destrozado y parece que se ha estabilizado en el tema de los despidos, pero es ficticio». El sindicalista añade que «es preocupante ver que en los últimos meses se habla de un crecimiento económico que contrasta directamente con esta situación».

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